MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

8/10/10

ANTE LA DESCALIFICACIÓN DE PAMPLONA COMO CANDIDATA A CAPITAL EUROPEA DE LA CULTURA, EN 2016

CAPITALIDAD CULTURAL SÍ, PERO NO ASÍ

Prácticamente apagados, y rápidamente en los medios más oficialistas, los rescoldos de los fuegos fatuos representados por la presentación de Pamplona como candidata a Capital Europea de la Cultura en 2016, una vez desestimada la misma por parte del pertinente jurado, a tenor de lo visto a propósito del tema en los últimos años de ‘Barcinato’ y del fracaso de dicha candidatura, creemos que no estaría de más hacer unas últimas reflexiones sobre el fiasco; ¿nuestro objetivo? Más allá de incidir en lo que se ha hecho mal, tarea que ya ha sido suficientemente tratada en estas páginas, tratar de hacer ver cómo se podían haber hecho las cosas, tomando como ejemplo para ello a una de las ciudades que sí ha pasado el primer corte; y es que estando en juego una capitalidad cultural europea, jurado europeo de por medio, por más que se tirara de eufemismos, ¿no había más cosas que vender que alcohol, toros (eso son los Sanfermines, no más)… y apariencias? ¿Nada más que el quiero y no puedo que se presentó, eso sí, travestido de normalidad?

ENCUENTROS CON LAS TRABAS EN LA FIESTA DE LA PROHIBICIÓN

Encuentros en Pamplona 2016, La Fiesta de la Cultura’, he aquí cual fue el slogan escogido; el desacertado slogan escogido, a la vista del día a día ¿cultural? de la ciudad. De la cultura con olor a ranciedad, a muerto (¿por qué sólo se homenajea a artistas navarros muertos, como Sarasate, Gayarre, Raimundo Lanas o Sabicas? ¿No hay artistas vivos a quienes reconocer?) y a religiosidad (católica) que todo lo inunda, habida cuenta de que sólo parece interesante atraer a cierto tipo de turismo religioso. A la vista del ‘todo para el pueblo pero sin el pueblo’ en que vivimos, impulsado, fomentado y, con la complicidad y el beneplácito de muchos de los denominados “agentes culturales”, intentado llevar a cabo por el Ayuntamiento; ¿Encuentros, dice el reclamo? ¿Con qué, fuera de lo dicho? ¿Con la multa? ¿Con las habituales trabas a la hora de tratar de desarrollar cualquier festejo? ¿Con el veto directo o encubierto? Así pues, cuando en esta ciudad tan presuntuosa se habla de cultura, ¿a qué se refiere dicha voz? ¿A la cultura de la censura sistemática? ¿A la de la prohibición? La lista de agravios sería demasiado larga, como para reproducirla en este espacio.

EL EJEMPLO DE CÓRDOBA

De cuantas ciudades han pasado la primera criba, hay una cuyo caso nos ha cautivado especialmente, a la vista de las similitudes que en líneas generales hemos encontrado entre su pasado y el de nuestra capital: y no es Donostia; Córdoba –más bien-, tan lejana y tan cercana. Córdoba, cuyo slogan de cara a lograr la tan ansiada capitalidad perfectamente podría haber sido el nuestro, de no ser por la política de nuestros actuales mandamases: El futuro tiene raíces. Además de las romanas, las musulmanas, en su caso, habiéndolas defendido y reivindicado sus dirigentes a degüello, en su apuesta por convertirla en referente cultural; bien, reflexionemos sobre lo dicho; así pues, ante una coyuntura como la que vamos a exponer, en aras de luchar frente a presuntas injerencias externas del mundo islámico, ¿podríamos imaginar a una ciudad como Córdoba renunciando a su pasado musulmán? No, ¿verdad? Córdoba, ciudad reivindicada como propia por ciertos sectores musulmanes, no lo olvidemos. Incluso por Al-Qaeda. Pero sus dirigentes no lo han hecho. No han tirado dicho pasado por la borda. Ni al vertedero. Es más, ni creemos que a ningún político cordobés se le hubiera pasado por la cabeza tan desafortunada posibilidad… ni dar a entender tan siquiera que reivindicar dicho pasado árabe pudiera ser sinónimo de connivencia con el terrorismo. Con el islamista, claro está. Pues en Pamplona, en pleno siglo XXI, bajo la silenciada excusa del problema político que no se quiere reconocer sí se ha tratado de esconder su pasado, ocultando las raíces no romanas de la ciudad; incluso desterrando a los vascones de nuestra prehistoria y tratando de diluir el euskera, lengua autóctona de la tierra (¿por qué los romanos la denominarían lengua nabarrorum?) en el mare magnum de las hasta aquí llegadas como consecuencia del movimiento migratorio global: y así le ha ido a la ciudad en lo que a apoyos y participación ciudadana respecta. A sus totalmente fuera de lugar aspiraciones de capitalidad cultural.

Algo que, con un poco de disposición, mano izquierda y buena voluntad por parte de las autoridades tal vez se hubiera logrado conseguir; ¿cómo? Tras contar con representantes de todos los ámbitos culturales de la ciudad, pero con todos, todos (no sólo con los habituales de este tipo de comités), habiendo presentado a concurso en vez de a Pamplona/Ramplona a Pamplona/Iruñea, con toda su potencial riqueza de matices. ¿A Iruñea sólamente? No. A la verdadera Tierra de Diversidad, fuera del dime de lo que presumes y te diré de que careces habitual. Habiendo mostrado, y con orgullo, la realidad, más allá de Pamplona a secas: más que a esa pseudo realidad solamente, asfixiante envoltorio de Iruñea –por más señas-, también a ésta: la otra cara de la ciudad.




ASÍ "SEMOS", EL VÍDEO: QUÉ VERGÜENZA

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