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29/10/10

CRÍTICAS DE OCTUBRE: KASKEZUR Y BIG MEMBER!!

Poco, muy poco rock & roll ha habido este mes... Y tampoco es cuestión de subir críticas de pop, ¿no?


Zarpazos de funk & roll

Concierto de Kaskezur

Fecha: jueves, 30 de septiembre.

Lugar: Black Rose, Burlata.

Intérpretes: Kaskezur, banda integrada por Iturria, a la guitarra, a la armónica y a la voz, Mende, a la guitarra y a la voz, Ainara, al bajo y a la voz, y Philippe, a la batería.

Incidencias: concierto de presentación de Gure Jokua, segundo CD de la banda. 1 hora de duración, bises incluidos. Asistencia muy discreta.

Los baztaneses Kaskezur (Elizondo, 2003) fueron los encargados de inaugurar la nueva temporada musical de Black Rose, evento que deparó luces, muchas luces (en lo referido a su actuación: reconocemos que nos sorprendió el directo de la banda)… y algunas sombras, en lo referido a la asistencia; a la más que floja asistencia registrada, ¿tal vez como consecuencia de que la noche de autos fuese la del jueves, cuando en este local, salvo puntuales excepciones, los conciertos siempre han sido los martes?

Con CD nuevo bajo el brazo, el cuarteto abrió fuego con Gure Jokua, tarjeta de presentación del mismo que sorprendió a los presentes por los senderos musicales por los que discurrió, tras una introducción de cierto regusto stoner: por los de un funk poderosamente rockerizado. Con las guitarras, ciertamente sólidas sobre la compacta base rítmica, marcando territorio desde este arranque con inusitada fuerza, sacando bajo dichos ritmos bíceps con autoridad, algo que, por las mismas coordenadas estilísticas, recordándonos por momentos a bandas como Red Hot Chilli Peppers, también hicieron en la siguiente en sonar, Ireki Begiak, demoledor zarpazo en el que brilló en especial Iturria, a los punteos. A los enérgicos, elegantes y explosivos punteos que rubricaron su entramado musical, tan pegadizo como rico en potencia y melodías. Con la voz de Ainara aportando luminosidad a los coros, el repertorio escogido, a continuación, apostó por los derroteros del rock & roll, del rock & roll killer más echado hacia delante, quedando plasmado lo dicho con hachazos como los deparados por Hur Aisit y Erromeria Bagdag Hirian: temas ambos, al igual que los primeros, extraídos del disco que se presentaba y que, en conjunto, pusieron de primeras sobre el tapete el verdadero hecho diferencial de la banda: las inclinaciones de los músicos ante dos estilos –principalmente-, el funk (marcadamente rockerizado, tal y como ya hemos apuntado) y el rock & roll. Un estilo éste, el rock esgrimido por Kaskezur, que se mostró claramente influenciado ya por el practicado por pioneros como The Rolling Stones, ya por el reinventado por bandas como las que surgieron en el norte de Europa en los 90; ora más clásico, ora más salvaje, dando lugar a una aleación con la que, con permiso del funk, crearon una letal bola de sonido que, realmente intensa, se adueñó sin concesiones del local: lo cual, como suele suceder, pasó a una con la en teoría última canción, Jainkoa Ni Naiz, dando paso la misma, como consecuencia de lo dicho, a unos bises que tras dos temas del primer álbum del grupo desembocaron en la nueva Martziano Inbasioa.

Contundente y recomendable ración de rock la servida el pasado jueves por Kaskezur, grupo hecho (expresiones como ‘formación promesa’ o similares no caben en este apartado) que, actitud y ganas, madurez y buen hacer con avaricia, demostró sonar… y más, dejando claro con ello lo siguiente: que a partir de ahora a todos debería sonarles. Comenzar a sonar su nombre al gran público, por su bien. Por el del grupo y, principalmente, el de la escena en general, cada vez más cerca de verse afectada, si no por una falta de relevo generacional, sí por cierta carencia de grupos llamados a poder estar en el candelero, en un futuro cada vez más próximo. Bueno, dejando claro eso y otra verdad: que, tal y como acostumbramos a oír por la calle, hay grupos hasta debajo de las piedras. Cada día más. Y, añadimos desde aquí, buenos además.


Intenso, cómplice, sugerente

Concierto de Big Member

Fecha: viernes, 22 de octubre.

Lugar: Subsuelo, Iruñea.

Intérpretes: Big Member, banda integrada por Unai Amezketa, a la guitarra y a la voz, Carlos Lorente, a la guitarra, Josemi Díaz, al bajo, y Sergio Izquierdo, a la batería.

Incidencias: concierto de presentación de ¿Quién mató a Pepito Grillo? Hora y 40 minutos de duración. Lleno.

Vestidos –y peinados- de domingo, los veteranos Big Member aunaron con orgullo el pasado fin de semana la contundencia del rock y la sugerencia de pop en la presentación de su tercer CD, en medio de un ambiente de total complicidad y desenfado; “buenas noches, somos Los Del Río: los del río… Arga”, saludó Unai Amezketa antes de atacar Preliminares, impulsivo tema que, escorado en cierto modo hacia el pop punk americano, levantado sobre el rock más que rodado del grupo (pétreo y compacto aunque matizado siempre por lametones pop, he aquí cómo lució su hecho musical en todo momento), precedió a Los Perros Del Crepúsculo; haciendo gala de un amplio abanico de registros (más que de estilos propiamente dichos), como tercera de la presente noche de puesta de largo de canciones sonó Mientras Duermes, intensa y melódica composición que precedió a dos de su ópera prima: Catatonia y TV. Poso, ironía e ímpetu a la voz, el ya veterano en estas lides Amezketa prosiguió caldeando el local entonando la que da título a su nuevo retoño discográfico, para ofrecer después la recuperada y regrabada Alopecia (de corte más pop) y uno de los éxitos, sino el verdadero hit, de ¿Quién mató a Pepito Grillo?, Federico: canción redonda en todos los sentidos que, con killer punteo incluido, no fue reservada para el final; para una recta hacia el clímax final encauzada con las interpretaciones de otros tres temas recuperados de Dime De Qué presumes, segundo CD del grupo: El Filo (con el sexo casual como hilo conductor del tema: como casi todos, de ingeniosa y sugerente letra), Las Noches (erigido sobre un argumento de amor y desamor extremo; y es que, ley de vida, cuando mayor parece que va a ser la pasión, más grande termina siendo el desengaño), y Los Domingos, ofrecido con la participación de Iker Piedrafita a las voces. Finalmente, con permiso, entre otras, de Sigue Mirándome, la noche desembocó en la interpretación de tres versiones, Loca (tema al que el grupo debe buena parte del reconocimiento del que goza y que, no deja de sorprendernos, continúan reservando para terminar), Un Día Cualquiera En Texas (original cover del memorable tema de Parálisis Permanente) y Perlas Ensangrentadas, broche más que perfecto de la velada.

Aunque nos quedó una duda… trascendental –a la vista del título del disco presentado-, la de saber quién mató a Pepito Grillo (si es que, como la banda se ha empeñado en hacernos creer desde la portada de éste, su tercer disco, la voz de la conciencia está muerta… ¿No estaría por el local echando cañas?), una cosa quedó clara dicho sábado: que el calibre pop-rockero de Big Member, grueso –más que grande-, sigue excitando a sus fans. Que el magnetismo entre la banda que ganó los Encuentros de Jóvenes Artistas en 2003 y el público se mantiene. Que, a pesar de los años de barbecho transcurridos entre la publicación de su segundo disco y el tercero, la espera ha merecido la pena. Que, en resumidas cuentas, el rock edulcorado de Big Member, intenso, cómplice, sugerente, denotó nuevamente tener cuajo, mostrando a un grupo maduro… y en plenitud de gracia y forma, estados todos ellos perfectamente compatibles.

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