MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

22/1/12

CRÍTICAS DE ENERO: BOCANADA, TRUMBO, NEKEZ, GORA LA MANDRÁGORA, ERAITE, SU TA GAR, UN TAL JETHRO Y MAIKA MAKOVSKI, PARA EMPEZAR!!


Gigantes con pies de rock

Concierto de Bocanada

Fecha: sábado, 14 de enero.
Lugar: El Bafle, Donibane.
Intérpretes: Bocanada, formación integrada por Martín Romero, a la voz, Juanito y Abel, a las guitarras, Txarly, al bajo, y Pepo, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de Agua y barro, segundo CD de la banda. 1 hora y media de duración. Buenísima entrada, público que se mostró entregado.

Bocanada la armó, y cómo, el pasado sábado, consiguiendo tras lograr que un importante número de personas pasase por taquilla algo más difícil en ocasiones: que una respetable parte de esas personas, con auténtica convicción, cantara sus canciones, situación que incluso sin ser buscada por los músicos se vivió en varias fases del concierto. En distintos momentos de una actuación que, habida cuenta de sobre quiénes estamos hablando, de la banda liderada por el hermano de Kutxi Romero, cuestionando el viejo proverbio que dice que “un rayo no cae en el mismo lugar dos veces”, nos llevó a preguntarnos lo siguiente: ¿y por qué no? Cosa de una actuación protagonizada por una banda que perfectamente engrasada, demostró ser grande dicha noche. Seguridad, determinación y total claridad de ideas, estar absolutamente preparada para lo que sea.
Con Martín, el cantante que tantas formaciones pagarían por tener, dejándose parte de las entrañas en el intento, y el grupo en general derrochando caballos de potencia; comiéndose la noche a bocados de manera totalmente desbocada, el esperado boca a boca de rock & roll quedó activado con la interpretación de hasta tres temas de estreno, alternándose a partir de entonces canciones de Agua y barro y de Caballos de rienda larga, su celebrado primer disco. Dando lugar semejante proceder a una aleación de canciones viejas y nuevas… Dura como el yeso. Briosamente construidas y defendidas todas ellas, dando pie a un repertorio hecho, más que con pedazos de lo que quieren ser (tal y como cantaron en uno de los temas), con parte de lo que ya son. De la rabiosa actualidad que a fecha de hoy es Bocanada, temas nuevos mediante como Que me arranquen el pellejo, Gallo de pelea, La guadaña o Solo pero vivo, pilares de un álbum que ha logrado algo realmente meritorio: mantener el nivel exhibido por el anterior, empresa bastante difícil cuando dicho álbum llama, y mucho, la atención.
Superando con avaricia el listón de las inevitables comparaciones, Bocanada presentó su segunda batería de canciones en Iruñea, y, disparando el mercurio ambiental y emocional, lo hizo después de haber vivido desde junio de 2011 un año intenso: desde el mes en que viera la luz Agua y barro y fuese presentado en Berriozar, cita a la que no pudimos asistir: tras haber pasado meses y meses, carretera y manta, sembrando y cosechando. Ya sembrando canciones por ahí (temas de estreno como La madriguera o En cueros –por ejemplo-) ya recolectando el fruto de anteriores siembras, como las protagonizadas años atrás con imprescindibles a estas alturas como Río, Como los ratones, Palabras de sangre y pintura o A navaja, también descerrajadas dicho sábado. Cosechando, ¿cómo? Apalabrando nuevos conciertos, nuevas siembras: bendito y deseado bucle, en aras de protagonizar posteriormente nuevas cosechas. Brindando la banda nuevas entregas de rock de rienda larga y marchamo propio dentro de la denominación de origen Berriozar. Bocanada, cinco hombres y un camino: como los dedos de una mano, prietos los dientes, intuyendo su destino; aunando en su ser las ganas y la fuerza de las bandas emergentes, el aprendizaje asimilado y la ilusión ante lo que queda por hacer. Y así lo entendió el gentío, un público que validó cuanto estamos afirmando tal y como ya  hemos apuntado: pagando una entrada –a priori- y cantándose las canciones a posteriori, definitivas pruebas del algodón de lo que hemos contado. Bocanada, pura substancia rockera. Gigantes con pies de rock, marcando de forma firme el paso. Abran paso.



Potencia, autoridad, poderío

Concierto de Trumbo

Fecha: viernes, 13 de enero.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Trumbo, trío formado por Kanda, a la guitarra y a la voz, Gorka, al bajo, y Eneko, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de Trumbo, primer CD de la formación. Hora y 10 minutos de duración, un bis incluido. ¾ de entrada, público participativo.

Procedentes algunos de sus músicos de bandas como Kashbad o Vicepresidentes, bajo el nombre de Trumbo en homenaje al escritor y director estadounidense Dalton Trumbo, (responsable de películas como Johnny cogió su fusil), la presente formación surge en Gasteiz en 2011, habiendo visto publicado su álbum debut en  marzo de dicho año: un intenso CD que presentaron la pasada semana en Black Rose.
El concierto se materializó mediante la creación de crudas, pantanosas y brutales atmósferas con forma de canciones por parte del trío, formación que, al rojo, se entregó siempre al máximo. Llevando al rojo no sólo resistencias eléctricas o similares, sino emocionales –igualmente-, a juzgar por la pasión imprimida; por cómo pusieron en el asador el corazón, descargando decibelios sin piedad y facturando una música riquísima en volumen… En el doble sentido de dicha voz: en el referido a presencia física (esto es, con cuerpo) y en lo que respecta a potencia sonora. Una música de más que fornido cuerpo a la vista de cómo fue plasmada. Ciertamente gorda, voluminosa. Eso sí, sin michelín ni superflua gota de grasa alguna en sus dibujos, materializados bajo la forma de unos temas que desde el primero en sonar, Zizareak, hasta el último en hacerlo, Iritzia (de lo mejor de la velada, perfecta rúbrica de la misma brindado como bis) lucieron totalmente fibrosos. Con intensidad de serie –poco menos-, buscando el símil, por ejemplo, con la definición de los aires acondicionados de los vehículos de nuestro tiempo. ¿El resultado, así las cosas? Un concierto que sustentado sobre las notas del bajo (martilleando las sienes del respetable sin piedad), la poderosa pegada del baterista  y la labor de Kanda, trasladó a cuentos se dieron cita en el Black a otra dimensión: un hecho musical especialmente alimentado por un guitarrista que vaya cómo hizo rugir a las seis cuerdas, verdaderamente rusientes las mismas, facturando unas atmósferas que se superpusieron e intercalaron entre sí vorazmente, dando la sensación de que en vez de únicamente seis hubiese ni se sabe cuántas cuerdas implicadas, a la hora de tejer tamañas telarañas sonoras: tan tupidas como sugerentes. De entretejer unos paisajes que, a la vista de la hambruna exhibida; de la apología en lo que a vigorosidad esgrimida hizo referencia, nos dejó la sensación de que poco más se puede pedir a tres músicos sobre un escenario. Poco más a la hora de facturar unos nubarrones de marcada crudeza y regusto stoner que, enfurecidos, desembocaron en un chaparrón que caló, y cómo, en los presentes, dejándolos noqueados. Y todo ello a pesar de que ocasionalmente, a través de tan enrabietada y rabiosa maraña, se colara algún rayo de sol.
Tocando como se debe tocar este tipo de música, Trumbo demostraron ser una banda más que hecha y, al mismo tiempo. estar en su punto. Atravesando un espléndido momento. Y lo pusieron de manifiesto tocando con nervio y con arrojo. Sin miedo ni  continencia alguna de por medio, antojándosenos un estilo como el suyo, por otra parte, inconcebible, de otro modo: con menor implicación por parte de los músicos a la hora de sacarlo adelante o bajo un volumen menor. Al menos, para nosotros: algo que vendría a ser como si un boxeador saltara al ring con guantes de paseo, en vez de de boxeo. ¿Qué ocurriría? Que no transmitiría credibilidad… Aparte de que le partirían la cara a la primera, cosa que, visto lo visto, potencia, autoridad y poderío, no les pasará a los Trumbo. Imponentes, en verdad.


Hágase la luz

Concierto de Nekez


Fecha: martes, 10 de enero.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Nekez, banda formada por Eder, a la guitarra, a las voces y a los coros, Ander, al bajo, Jon, a la batería, y Ioseba, a la voz.                        
Incidencias: presentación de Argiak piztu!, primer CD del grupo. Asistencia aceptable, cai lleno. Actuación de 1 hora de duración.

Funcionando como banda desde 2007, Nekez presentaron nuevo CD en la catedral local del rock por excelencia, inaugurando la nueva programación de Black Rose y ofreciendo un apasionado concierto.
Durante sus cerca de sesenta minutos en directo, los de Barañáin, Atarrabia e Iruñea tuvieron tiempo para repasar los temas de su recién publicado CD, quedando encendida  la luz con la interpretación de Harrera, puerta de entrada del disco; haciéndose la claridad y, de paso, quedando encendida la noche de manos de la docena de temas que sonaron: todos los de Argiak piztu! salvo uno, quedando plasmados en directo por riguroso orden de aparición en el compacto… Y completado el repertorio con dos bonus track, si se nos permite la terminología: Mim hau (versión del tema de unos de sus padres musicales, Berri Txarrak) y Mikelats, composición que, extraída de Askatasuna itxaropen saioak, grabación en formato acústico por ellos realizada años atrás, cerró la noche, convenientemente arreglada: esto es, al igual que cuantas sonaron, convenientemente tintada en clave de metal.
Lo mismo que unos temas que en su conjunto, por el santo y seña de que hicieron gala; por su santo, saña de identidad y seña propia, lucieron como carta de presentación en todo momento la siguiente credencial: haber asimilado el cuarteto muy bien las jugadas musicales más importantes de bandas como los ya citados Berri Txarrak (habiendo tomado de ellos la visceralidad y un sugerente regusto emo) o Kauta, mostrándose como depositarios del arte de estos últimos a la hora de atreverse con las melodías. Con unas melodías incluso de color pop. Y, lo más importante, una vez asimilados latidos y formas de grupos como los citados, haber cobrado la banda carta de naturaleza propia con sus temas. De manos de los incluidos en un CD que, erigidos sobre una concepción del nu metal alimentada por la fuerza del metal euskaldun de corte más genuino, conjugando a la perfección kaña metálica, medios tiempos y melodías, demostraron haber llevado a Nekez a los escenarios para quedarse. Para permanecer en los mismos mucho tiempo: algo que, fuera de toda duda, estos músicos harán, vista su juventud, su experiencia y las ganas esgrimidas.
Procedentes de la fértil cantera metálica de Iruñerria, el pasado martes asistimos a la verdadera puesta de largo de una formación que, con su primer CD todavía rusiente (el trabajo vio la luz la víspera del día de autos) dio un poderoso paso al frente, no dejando con su hacer indiferente a nadie. Con la energía, seguridad en sí mismos y el poderío desplegados. Advirtiendo, haciendo ver a posibles despistados que la juventud viene pegando fuerte. Pisando con fuerza el acelerador, dispuesta, como en el presente caso, a adelantar a quien sea… incluso sin pedir paso: algo que, impulso, pulsión y entrega a espuertas, dejó entrever el cuarteto por medio de un directo, aun con leves carencias, realmente trabajado. Mediante un concierto que, alumbrando una nueva etapa para la banda, dicho martes satisfizo a todos cuantos se dieron cita… a ambas alturas del escenario: un martes, el martes en el que, en otro orden de cosas, el legendario Black Rose retomó para programar el que históricamente siempre fue su día: la jornada consagrada a los conciertos, quedando a partir de ahora multiplicada por dos la oferta del local. Pero eso ya es otro cantar. Eso sí, siempre que lo requiera la ocasión, estaremos allí para contarlo.


Órdago a la grande

Concierto de Gora la Mandrágora


Fecha: miércoles, 28 de diciembre.
Lugar: la Musería, Sanduzelai.
Intérpretes: Jokin Pallarés, Natxo Zabala y Patxi Garro, a las guitarras, a las turutas y a a las voces.
Incidencias: presentación del presente espectáculo-tributo. Hora y 15 minutos  de duración., bises aparte. Lleno, público de edades maduras que disfrutó de la actuación.

La Mandrágora fue un bar de Madrid en el que a principios de los ochenta, acompañados por un guitarrista, hicieron de las suyas tres deslenguados cantautores: Alberto Pérez, Javier Krahe y un tal Joaquín Sabina, diabólica trinidad artística que terminaría tomando prestado dicho nombre no sólo para perpetrar sus correrías musicales, sino para bautizar el disco que llegaron a grabar: un trabajo que, banda sonora del postfranquismo y la transición naciente, legendario como no podía ser de otro modo a tenor de las ¿canciones? No, del material inflamable incluido –directamente-, fue recreado en La Musería el día de los Santos Inocentes. Y no, no fue la inocentada.
Ante un público que, más de treinta años después, demostró no sólo saberse las canciones, sino sonrisas nostálgicas en ristre, recordarlas a la perfección, la velada arrancó de manos de Natxo, guitarrista de Koma, quien, emulando a Javier Krahe, destapó el tarro de sus esencias poniendo voz a Marieta: celosamente cerrado dicho cofre hasta el pasado miércoles (en lo que a cantar respecta), dejando de paso un gran fogonazo para la posteridad: impagable su imagen tocando la guitarra acústica, cantando por dichas lindes y haciendo sonar la turuta. Bueno, como la imagen del enemigo íntimo Pallarés, nuestro Sabina local, poniendo su aguardentoso timbre a hits como Pongamos que hablo de Madrid; ¿lo mejor de la velada? La maestría y el desenfado esgrimido por el trío, y, entre vacilones guiños a clásicos populares, interpretaciones como las de Villatripas, con las turutas resonando con fuerza, emulando a las bíblicas trompetas de Jericó; La ovejita lucera, La tormenta (con Natxo haciendo sonar el banjo) o Los círculos viciosos, brindada a relevos por los tres en clave de rumba, son cubano y complicidad total.
Cual Melchor, Gaspar y Baltasar que hubiesen adelantado unos días su presencia (una pena que los músicos no comparecieran con las barbas lucidas en las fotos promocionales), Jokin (Sabín Joaquina, en palabras de Zabala), Natxo y Patxi desgranaron las imperecederas canciones de Joaquín, Javier y Alberto: unas composiciones que, grabadas por muchos en su día a salto de mata de emisoras como Radio Paraíso (el arriba firmante incluido), fueron fundamentales en nuestra educación. En nuestra primera educación musical. Y literaria, clarividencia, risas y perspicacia a raudales en las mismas, envueltas en un imprescindible halo de desvergüenza, turutas e ironía. Y, transportándonos a nuestro pasado más o menos inmediato, pasándolo bien; realmente bien tanto ejecutantes como el público receptor, vaya cómo resonaron. Cómo lucieron en una noche en la que, en otro orden de cosas, descubrimos que la fiebre por las bandas tributo, tanto por montarlas como en lo referido a su receptibilidad por parte de los aficionados, va cada día a más, no limitándose este tipo de grupos a homenajear de forma general a determinados artistas sino, cerrándose el círculo tejido alrededor de sus obras de forma cada vez más conceptual, llegando ya incluso a centrarse en determinados álbumes, como en el presente caso. Algo de lo que, por otra parte, con Un tal Jethro de por medio (y su referencial disco Aqualung), seremos testigos nuevamente este miércoles en Onki Xin. Pero  eso será otra cantar. El año pasado, en La Musería, pamploneses, pamplonesas, ¡Gora la Mandrágora! Hubo mus.


Eusko label y garantía total

Concierto de Su Ta Gar


Fecha: viernes, 30 de diciembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia..
Intérpretes: Su Ta Gar, banda formada por Aitor, a las guitarras y a la voz, Xabi, a las guitarras, Igor, al bajo y a los coros, y Galder, a la batería. Como teloneros, abrieron noche Eraite.
Incidencias: presentación de Ametsak pilatzen, nuevo CD del grupo. Casi dos horas de duración, dos bises incluidos. Buenísima entrada, casi lleno. Público de distintas edades que se mostró volcado.

Operarios del metal en total estado de gracia, los legendarios Su Ta Gar casi llenaron Tótem, celebrando la puesta de largo de su último CD con un incontestable concierto; en la línea de los ofrecidos en sus últimas visitas a Iruñerria, con una actuación que, demoledora, derrochó eusko label, denominación de origen y total garantía de calidad.
La velada arrancó con la descarga de Eraite, quienes, pasión, potencia y vehemencia, llenaron de aguerrido euskal metal la sala, demostrando que hay cantera: mostrándose sus guitarras, cual hachas de aizkolaris, realmente afiladas a la hora de cortar los patrones de sus canciones, haciendo ver a los centenares de personas que siguieron (y aplaudieron) su pase que la Masía musical foral está viva. Muy viva. Que la juventud viene pegando fuerte. Y a continuación, ante una sala que con motivo de la visita de una de nuestras más señeras formaciones, casi se quedó pequeña, lo que la parroquia metalera esperaba con impaciencia: el concierto de Su ta Gar.
Con los presentes jaleando desde el principio a los comandados por los históricos Aitor Gorosabel y Xabi Bastida, y éstos, haciendo sonar y blandiendo con orgullo hercúleo sus hachas, dejándose querer, el heavy metal de mayor calado y más genuino octanaje hecho en Euskal Herria comenzó a tomar forma bajo las notas de Agur Jauna, cobrando vida poco a poco el repertorio con títulos con tanta solera como Etsi gabe o David eta Goliath, cantados por los presentes: por un público que agradeció de este modo el setlist presentado por los de Eibar, realmente equilibrado en lo que a presencia de temas clásicos y nuevos se refiere. Sin ir la banda a apabullar al gentío con nuevas composiciones desde el principio, sino por si acaso, en aras del disfrute colectivo, desgranándolas poco a poco. Eso sí, damos fe de que los nuevos temas gustaron, composiciones cuyas interpretaciones, en casos como los de Poza eta tristura o Zain, zure zain, no se hicieron mucho de rogar: y todo ello bajo unos juegos de luces que, de lo más lucidos, terminaron de sacar brillo al resplandor musical; al metal brillantemente facturado por los guitarristas, cabalgando en todo momento con majestuosidad sobre la poderosa base tejida por bajista y baterista. Y así se materializó la noche, a caballo entre temas más que conocidos (tan  imprescindibles ya como Nazka, Gau iluna amaitu da, Mary, Itxaropena, Jo ta ke o Rotaflexa garraxika, última en sonar… en falso) y de estreno: con composiciones llamadas a ser grandes y a engrandecer el nombre de Su Ta Gar como Kantarik Polixena, Piztia o Beti tente eta tinko, la que, cerrando definitivamente la noche, abrió la ¡segunda! tanda de bises.
Con o sin pago de entrada de por medio, actuando ante salas a rebosar, en plazas públicas o en festivales como Hatortxurock, Su Ta Gar volvió a demostrar ser una de las formaciones más queridas por Nafarroa, y lo hizo protagonizando un exultante concierto. De altísimo nivel. ¿Que tal vez faltaran clásicos? Pues sí, pero buena señal: toda vez que la  discografía del grupo sigue creciendo… De que la cosecha sigue siendo buena. Buenísima, hasta el punto de que nos falten líneas para exponerlo. Para continuar haciéndolo. ¿Cómo resumirlo en una última palabra? Una vez más, enormes los de Eibar.

Pasión por Jethro Tull

Concierto de Un tal Jethro


Fecha: miércoles, 4 de enero.
Lugar: Onki Xin, Donibane.
Intérpretes: Un tal Jethro, formación integrada por Joseignanderson, a la voz, Karlos, a la guitarra eléctrica, Fabián, al bajo, Josu, a las flautas, a la gaita, a la albota y a la guitarra acústica, Skualo, a los teclados, y José, a la batería.
Incidencias: concierto conmemorativo del 40º aniversario de la publicación del LP  Aqualung, de Jethro Tull. Hora y ½  de duración. Lleno, público de media de edad alta que se mostró muy participativo.

Los seguidores de Jethro Tull, los tullianos –tal y como se denominan a sí mismos-, tenían su gran cita en Onki Xin para empezar el año, convertido para ellos dicho lugar en centro de peregrinación –poco menos- dicho miércoles: para unos melómanos que, fieles devotos de su banda favorita, tarareando con fervor incluso religioso -en ocasiones- las melodías de sus temas, siguieron apasionadamente la actuación.
Ante un local lleno como pocas veces lo hemos visto, sintiendo los presentes, y cómo, el calor del rock en un bar, el celebrado viaje en el tiempo arrancó con un medley que integró For a thousand mothers y Sweet dreams, ofrecido este último una vez que el cantante, “dulces sueños a todos”, saludara a la concurrencia: un vocalista que, poseído por el veneno del rock, timbre, imagen y total entrega, escenificó siempre de manera sobresaliente su actuación, poniendo la mejor guinda al trabajo de sus compañeros. A la magistral compenetración demostrada por guitarrista y flautista, con el teclista Skualo, quien debutó con la banda dicho día, apegando con su hacer las notas de los anteriores a la perfección. Envolviendo el resultante hecho musical con verdadero papel de regalo: una música exultantemente trazada sobre la base rítmica tejida por los incombustibles Fabián Tapia y José Landa, quien adornó los temas y se adornó a las baquetas derrochando por igual veteranía, gusto y pasión: composiciones como Teacher, A new day yesterday o Bouree (grandes, integrando un nuevo medley perfectamente rematado por el flautista), Too old to rock´n roll, too young to die (con el multifuncional Josu Salbide tocando en esta ocasión la gaita) o Dharma for one, con el citado, veterano músico de Oskorri –en otro orden de cosas-, haciendo sonar la alboka. Finalmente, tras amagar con concluir, encontró su hueco la esperada representación del LP Aqualung, integrada por trazos de hits como Cross eved Mary o Locomotive breath, entre otros.                                                                                                        Ya viviendo en el pasado (tal y como cantaron en Living in the past), ya reviviéndolo con total fuerza y maestría, dinosaurios –parte de los músicos implicados - de la escena local donde los haya, Un tal Jethro rindió honores musicales a Jethro Tull una vez más, y ¿cómo? Resucitando su inmortal repertorio. Dando vida, grandes dosis de intención e intensidad mediante, a unos parajes sonoros de característica belleza musicada… Tal y como ya hicieran en julio de 2011 no sólo con la total aquiescencia de Ian Anderson, el legendario flautista y líder de los homenajeados, sino con su total complicidad. Con la total implicación de una leyenda del rock que, brindando dos de sus temas con los mejores voceros y discípulos que, a buen seguro, haya podido encontrar, tal vez hizo buena la siguiente conclusión: que, actualmente, contar con una banda tributo es sinónimo de hacerlo con una extensión… imprescindible, poco menos. Tan importante –entre comillas o no- para las bandas como la presencia de sus discos en el top manta: por duro de creer que pueda parecer, la verdadera prueba del algodón del éxito de sus trabajos, toda vez que si no están… Mala señal. Que igual no es malo contar con grupos que posibiliten disfrutar de grandes temas de otros cuando sus autores, por el imperativo de que se trate, no necesariamente vital, ya no los defienden en directo. El primer miércoles de enero, despidiendo la Navidad y saludando por todo lo alto a 2012, grandes a ese respecto Un tal Jethro.

Espléndido día de Reyes

Concierto de Maika Makovski


Fecha: viernes, 6 de enero.
Lugar: El Bafle, Donibane.
Intérpretes: Maika Makovski, a la voz, al piano y a las guitarras, acompañada por Oskar Benas, a las guitarras, Juan Carlos Luque, al bajo y a las percusiones, y David Martínez, a la batería y a las percusiones de mano. Como telonero, abrió la velada Dani Poveda.
Incidencias: presentación de Desaparecer, nuevo CD de la artista. 1 Hora de duración, bises aparte. Muy buena asistencia, público de ambos sexos y diferentes edades que disfrutó de la actuación.

Compositora, cantante, actriz y, en resumen, artista con todas las de la ley (sin ir más lejos, al día siguiente estaba llamada a repetir función, en diferente formato, en el Gayarre), la presencia en El Bafle de Maika Makovski vino a ser el mejor regalo de Reyes que, con motivo de la fiesta de la Epifanía, el ya imprescindible local pudo hacer a la ciudad, no dejando indiferente a nadie su actuación. Un concierto de esos que dan pedigrí a un local. Un show electrizante por medio del que la mallorquina, injustamente desconocida para el gran público, se reveló como realmente imprescindible, demostrando algo realmente difícil en nuestros días: ser portadora de un virus rockero  único, distinto. Realmente diferente.

La velada arrancó con la comparecencia por sorpresa de Dani Poveda, gentleman de la canción que, guitarra en ristre, llenó de cálidos aires de folk rock la sala a la espera de la comparecencia de Makovski, algo que en un día como el pasado 6 de enero se produjo pasadas las 23.15 horas: en una noche, en otro orden de cosas, marcada por múltiples regalos con forma de conciertos dejados a lo largo de Iruñerria por SSMM de Oriente.
Inspiradas las canciones de su nuevo CD por la obra de Allan Poe, sucediéndose cual secuencias de tiros, prácticamente enlazadas, los temas de Maika lucieron perfectamente plasmados en directo, descerrajando pasajes sonoros de gran calado y cautivando al respetable desde que el principio. Denotando la actuación ser más, mucho más que un concierto al uso desde que la banda, vigorosamente empastada, comenzó a tocar, dando lugar a un hecho musical de concepción tan provocadora como iconoclasta y ecléctica. En cualquier caso, de lo más personal y pasional, a una emocional y energética descarga de energía musical que, demoledora, imposible definir la misma con palabras, no permitió que nadie permaneciera impasible ante su fuerza: mucho menos los músicos, quienes llegaron a moverse incluso convulsivamente como consecuencia de los latigazos sonoros por ellos propinados. De las electrificadas descargas que moldearon las canciones, unos temas ricos por demás en impulsivos cambios rítmicos que se mostraron cual cochecitos de una Montaña Rusa, transportando por diferentes estratos a los presentes sin piedad. Melancolía y locura, terciopelo y sugerente salvajismo sonoro mano a mano, llevándolos en cuestión de segundos del cero al infinito por unas atmósferas que crearon un ¿microclima? No, un microcosmos de gran intensidad. De grandiosa intensidad: más que grande la misma, claro está. Unas composiciones que, así pues, articuladas sobre sacudidas rítmicas compulsiva y despiadadamente generadas, se tradujeron en imponentes terremotos sonoros con epicentro en el escenario del local, rezumando (imprescindible colaboración de las luces mediante) glamour, coloración con la marca de la casa y sabor a cosa propia; seductoras feromonas musicadas que con su genuino ADN atrajeron indefectiblemente a todos: a un público que, irremisiblemente poseído de antemano por el veneno de semejante pócima, demostró conocer más que de sobra a quién había ido a ver: si no desde el prisma más eminentemente populista, sí desde el netamente artístico, a una artista grande, en verdad. Gracias a SSMM por tanta generosidad.

(NOTA DEL AUTOR: Primer párrafo de la crítica publicado defectuosamente en prensa, no sé por qué motivo. Yo no lo envié como se puede leer klikando aquí)


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