Un año más,
como todos por estas fechas, llegó el fin del mundo a nuestra gloriosa ciudad. El día después. El temido 15 de julio,
frontera natural entre el transcurrir del tiempo desde el día 6 y lo que se
avecina. ¿La depresión postsanferminera? ¿La en otros años denominada rutina? Este
año, pobre de ti y de mí, recortes, retoques y derrotes de por medio (llamados
a estar más presentes todavía que en los recién terminados Sanfermines), peor
que eso aún. A partir del lunes, una vez apagados los fuegos artificiales
brindados por el triunfo de la roja en la Eurocopa o por la euforia inherente a
la fiesta, la depresión con mayúsculas para muchos, dando la sensación de que
los concursos de recortadores vayan a pasar a celebrarse más fuera que dentro
de las plazas de Toros, como si la cuestión radicase en comprobar quién la
tiene más grande. La tijera, claro está.
RECORTES &
RETOQUES. Instalados los Sanfermines en las rebajas desde ediciones atrás,
tratando de sobrevivir en el intento al igual que el pequeño y mediano comercio;
con retoques por doquier en el programa en aras de hacer invisibles los inevitables
recortes, llegaron un año más nuestras fiestas, manifestándose dichos recortes
principalmente en aspectos como la programación musical de la plaza del
Castillo, de mercadillo totalmente la misma. Bien, y siguiendo con lo que
principalmente nos atañe, la valoración de distintos aspectos relacionados con
la música en directo, dejándose entrever a otros niveles en la falta de civismo
detectada en parte del gentío que ha acudido a algunos conciertos. A hacer
botellón con música de fondo –más bien-,
traducido lo dicho en comportamientos a erradicar de la forma que sea y resumidos
principalmente en lo siguiente: en ocasionales lanzamientos de bebida, vasos y
botellas sobre el resto de asistentes, como los presenciados con mayor o menos
virulencia en Los Fueros. Y, de manos del indisimulado y permitido botellón, en
el incremento de la suciedad de los diferentes marcos, mal endémico de la
fiesta por excelencia. De unos Sanfermines que, ante la indiferencia de las
autoridades, están transformando la ciudad en un inmenso vertedero. En la
Sodoma y Gomorra del Norte en lo que a generar basura se refiere.
Acerca de lo
apuntado en primer lugar, de que la plaza del Castillo se haya programado en
base a restos de serie nuevamente, diremos que es algo incuestionable. Y ojo,
que no estamos atacando la profesionalidad de los artistas, sino el hecho de
que lo que la mayoría de los mismos aporta actualmente sea inversamente
proporcional a lo que sobre el papel se espera de músicos llamados a actuar en
tan referencial lugar: la plaza de Pamplona/Iruñeapor excelencia. Y es que, a
estas alturas, ¿qué aportan a la fiesta bandas como Seguridad Social, sin un
éxito reseñable en su haber desde 1993? ¿Qué son, sino un saldo? ¿La prueba de
lo dicho? El hecho de que si han conseguido actuar este año en Nafarroa ha sido
pago de dinero público mediante, tras la suspensión de su concierto programado
para mayo en Tudela… obligatoria adquisición de entrada de por medio. Y es que,
pagando, ¿quién iría a verles? Nadie; como pasó con La Unión en una sala de
Iruñerria en 2011 y pasaría con Danza Invisible o Soraya –seguramente-,
artistas a los que nos tememos que sí que van a afectar en verdad los recortes:
al igual que están afectando a quienes programan a la vera de los recortadores, teniendo que optar a la
hora de programar por retoques como estos.
A quienes no
parece afectar de momento tijeretazo alguno es a bandas de actualidad como las
que han desfilado por Los Fueros: Macaco, Bongo Botrako, Kenzazpi o La Fuga,
menos acostumbrados y en ningún caso dependientes seguramente de la teta
institucional. A unas formaciones que tal vez se vieron favorecidas por el
hecho de que sus conciertos comenzaran inmediatamente después del lanzamiento
de los fuegos, bandas que, con cosas que decir y por decir, demostraron estar
de rabiosa actualidad. ¿El único pero a
lo programado en dicha plaza? Que los pases de las bandas denominadas teloneras
quedaran totalmente alejados de las actuaciones de las bandas principales. Y es que, ¿cuál es la función del
telonero? ¿Que trabajasen más tiempo las barras del recinto? ¿Qué lo hicieran durante
la tarde? No. Entonces, ¿para qué se programaron sus actuaciones a horas tan
tempranas, y con casi una hora de intervalo respecto a la del grupo principal?
Se supone que si se programan como teloneros grupos más o menos noveles es para
darles la oportunidad, para que se reivindiquen tocando inmediatamente antes
que el cabeza de cartel, no horas antes. Para darse a conocer aprovechando la presencia de público y el
tirón del grupo grande, aprovechándose igualmente dichas bandas, dicho sea de
paso, de la presencia del arriba firmante –por ejemplo-, más que dispuesto
siempre a premiar su poco valorada presencia escribiendo siquiera unas líneas
sobre ellos, algo que el presente año, por razones evidentes, no he podido
hacer. Por lo demás, nada que objetar.
DERROTES. En
el presente 2012, ¿contra quién, cual cornadas, han ido los derrotes? Contra
Gora Iruñea! y sus gentes, nuevamente. Contra todo lo que huele a vasco y, como
consecuencia de la nueva denegación de un espacio para llevar a cabo las
actividades festivas programadas, contra la ciudadanía en general: un programa
del que no diremos que aportara más o menos que el de la empresa privada a la
que finalmente se le adjudicó el terreno, y no lo haremos por el siguiente
motivo: por no caer en la trampa tendida al respecto por el Ayuntamiento,
consistente en utilizar a los finalmente adjudicatarios como parachoques para
enfrentar la iniciativa popular contra la iniciativa privada. Y con un fin, en
aras de que la gente de la calle atacase a los responsables de Green Runa Festival, enviados a La Ruina al igual que las barracas
(perdón, la Runa), como si fuesen los causantes de sus males, cuando espacios,
lo que se dice espacios, hay de sobra para todos. Para dar y tomar. Pero claro,
si lo que falta es voluntad…
¿Derrotes
contra todo lo vasco, hemos dicho? Sí, estando en realidad permitido durante
los Sanfermines todo menos ello. Todo, salvo reivindicar la ikurriña, la
cultura euskaldun o cualquier tipo de demanda de corte popular. Estando
únicamente prohibido estos días en Iruñea ser vasco, navarro disidente de la
ortodoxia oficial o reivindicarlo, siendo válido cualquier otro tipo de
comportamiento: práctica desaforada del botellón, comercio ilegal de comida y
de bebida (de manos de colectivos como la mafia de los lateros, tal y como
hemos comprobado en Los Fueros), hacer de la capa representada por el
comportamiento en la vía pública un sayo o agredir al primero o a la primera
que crees que se te pone a tiro, incluidos a quienes intentan volver a dejar
saludable el estercolero. Pero claro, ¿qué esperar si son las autoridades las
primeras en no predicar con el ejemplo? En
no hacer cumplir ciertas leyes, más allá que la de símbolos. Esas autoridades
que, hace falta ser cínicos, en San de Aldapa deniegan la colocación de barras
a Gora Iruñea! aduciendo competencia desleal para con los bares de Alde
Zaharra, no pronunciándose esta semana en ningún momento frente a la
proliferación de todo tipo de piratas despachando en la vía pública todo tipo
de vituallas. No diciendo nada al respecto de la competencia desleal sufrida
por los hosteleros, más allá que “que
bajen los precios”. Claro, dando a entender que para ellos, en todos los
aspectos, lo único que es “competencia desleal” es el modelo festivo y organizativo
reivindicado por Gora Iruñea!, tan lejano al imperante.
Después, claro
está, semejantes agravios se traducen en ciertos lodos. Y, para colmo de los
colmos, ante la mediática condena y la “extrañeza”
general. En fin, dejémoslo ahí.
Y terminemos.
A pesar de que la coyuntura general no estuviera para echar cohetes, el mismo
sonó con fuerza en el cielo de Iruñea el ya lejano día 6, dando paso a la
deriva festiva. A la báquica celebración que encontró ayer su conclusión. A la
espera de que venga lo que tenga que venir, esperando que el santo nos guíe
ante la que se nos viene encima y no guarde del todo su capotico (falta le va a
hacer a más de uno su intercesión para evitar nuevos derrotes, peores que los
de las astas de los toros), quedamos citados para los Sanfermines de 2013.
¡Salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario