MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

28/3/13

CRITICArte, MARZO!! CARLOS CHAOUEN, JOSEBA IRAZOKI & LAGUNAK, WISECRÄKER Y HAVALINA


Estrellas al alcance de la mano

Concierto de Carlos Chaouen


Fecha: Viernes, 22 de marzo.
Lugar: Planetario, Iruñea.
Intérpretes: Carlos Chaouen, a las guitarras y a la voz, acompañado por Quique Romero, a la guitarra y a los coros.
Incidencias: primera cita del ciclo Conciertos de otro planeta, presentación de Respirar, 6º CD del artista; casi dos horas de duración. Lleno, localidades agotadas. Público de ambos sexos y de edades jóvenes, principalmente.

El pasado viernes arrancó un ciclo musical cuyo desarrollo, en nuestra opinión, no va a dejar indiferente a nadie: tanto por su contenido, esto es, por la inherente calidad de los artistas, como por su novedoso continente, el Planetario, espacio que para cuantos asistieron a la cita con la musicada lírica del gaditano Carlos Chaouen representó una muy agradable sorpresa, revelándose como más que perfecto para acoger este tipo de conciertos. Espectacular –directamente-, y de más que perfecta acústica para albergar unas actuaciones como las programadas, erigidas sobre la desnudez con la que los diferentes músicos van a compartir sus emociones. Y es que, afortunadamente, en materia de puesta en escena y presentación de propuestas artísticas aún no está todo inventado; todavía quedan mentes inquietas dispuestas a dar con fórmulas, con  novedosos caminos por recorrer a la hora de acercar la música al público: en un contexto como este, toda vez que dicho ciclo está llamado a desarrollarse en el Planetario, a la hora de poner diferentes estrellas a su alcance. Sí, pese a que en ocasiones pueda parecer que está todo inventado: y así, presencia del gran Carlos Chaouen mediante, lo puso de manifiesto la presente cita.
En el marco, así las cosas, de la especie de cámara sensorial gigante llamada a acoger la velada (rematada por la espectacular cúpula del recinto), ante un público acondicionado de forma circular, la noche arrancó con Chaouen, acompañado únicamente por su guitarra, abriendo repertorio con un tema inédito, El loco de la noche. Viviendo los presentes, cosa de las sugerentes proyecciones que albergó la cúpula, la sensación de encontrarse al aire libre (en una pequeña plaza de toros, por ejemplo, o en la plaza mayor de un pequeño pueblo del sur, a pie de empedrado), a continuación sonaron varios temas de su reconocida carrera, extraídos de trabajos como Horizonte de sucesos (La vida tiene estas cosas), Universo abierto (Vente, Pintando el cielo) o Tótem, CD representado por Faro del paraíso. Y, haciendo gala el artista de una voz que, rasgada en su punto exacto, casó muy bien con los rasgueos de su guitarra, lo hicieron validando de inmediato nuestra reciente teoría de que menos es más, alusiva a lo que ganan emocionalmente las canciones de solistas como él cuando comparecen en solitario.
A continuación, tras dichos temas añejos, llegó la hora de mostrar algunos de los de su último trabajo, Respirar, todavía no presentado en la ciudad, labor que acometió lujosamente acompañado a una segunda guitarra por su hombre de confianza, Quique Romero, prolongándose tan especial noche, marcada por una continua y agradable   lluvia de sensaciones, hasta las 23.00 horas. Tan especial velada… Y poco menos que espacial, a tenor de lo vivido. Del arte recibido.
Denotando madera dispuesta a arder, maravillosa función poética del lenguaje e inmensidad, escribiendo poemas en el aire con su característica voz y las notas de su guitarra, Carlos Chaouen ofreció un enorme concierto, se mire como se mire, brillando en el Planetario como si de otra estrella del firmamento se tratara. Y en próximos viernes, nuevos conciertos de otro planeta en el presente espacio, de manos de artistas como Zahara, Rebeca Jiménez & Vicky Gastelo y Rulo. Nuevas estrellas por avistar. Nuevas y apasionantes experiencias para los sentidos, más que únicamente de corte musical. Todo un lujo. Si tienen la ocasión, háganse el favor. Acudan y verán.

Orbitando alrededor de su planeta

Concierto de Joseba Irazoki & Lagunak


Fecha: miércoles, 20 de marzo.
Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava.
Intérpretes: Joseba Irazoki, a la guitarra, acompañado por Felix, a la batería, Ager, a la guitarra, al pedal steel y al violín, Jaime, al bajo, Iban, a la trompeta, al clarinete y a la percusión, e Igor, al trombón, al vibráfono y a una segunda batería.
Incidencias: nuevo concierto del ciclo Jai O´Rama. Asistencia discreta, público entusiasta. 1 hora y 10 minutos de duración, un bis incluido.

Perfectamente arropado por una constelación de excelentes músicos elegidos por el propio Joseba para acompañarle en esta… aventura, (Felix Buff, del grupo Willis Drumond, Ager Insunza, de Audience, Jaime Nieto, de We are Standard, Iban Urizar, de Andrakan, e Igor Telletxea, acompañante habitual de artistas como Xabier Montoia y Petti), el referencial guitarrista protagonizó el último capítulo escrito de momento por el vitamínico ciclo Jai O´Rama, dando rienda suelta a una muy exclusiva velada. Tercero de estas características, ofreciendo un concierto no sabemos si irrepetible, toda vez que el versátil y polifacético músico y sus acompañantes, a finales de 2012, se juntaron, en  principio, para una única sesión.
Orbitando, profundizando Irazoki todo el tiempo en su personal planeta de músicas e ideas, la actuación giró alrededor de temas suyos ya, de cierta solera, extraídos de discos como Euria ari du o DO, ya, de composiciones inéditas, mostrándose en su conjunto las canciones descaradamente experimentales e introspectivas. Plasmadas las mismas mirando sobremanera hacia su interior, a la hora, curiosa y paradójicamente –si se quiere-, de ser presentadas al mundo exterior, algo que llamó nuestra atención. Esto es, huyendo los músicos de cualquier atisbo de previsibilidad; dándole más importancia al fondo que a la forma de unas composiciones que, de sugerentes y sorprendentes andamiajes, se nos antojaron imposibles de definir, desde el prisma estilístico: sugerentemente sorprendentes y sorprendentemente sugerentes. Dejémoslo ahí.  Haciendo gala cuantas sonaron de una concepción de la psicodelia particularmente sui generis, luciendo ricas, muy ricas en pasajes sonoros concebidos para dejarse llevar abiertamente. Para arrastrar al público con sus envolventes ambientes, de cortes siniestros, incluso oscuros –en algunos momentos-, transportando así al respetable a paisajes, hasta entonces, de desconocidas dimensiones; ¿cómo? Por medio del disfrute de los mismos y de sus desarrollos. Del camino hasta dichos parajes. Del disfrute de principio a final de las canciones en sí mismas, he aquí qué hemos querido decir.
En un marco como el de Jai O´Rama, más que apropiado para ello, Joseba Irazoki aprovechó la circunstancia de tocar con semejante arrope instrumental para reivindicar sus demonios internos y, en parte, liberarlos mediante el presente exorcismo; por medio de una cita, a la vista de su carácter exclusivo, imprescindible a todas luces para todos los iniciados en sus postulados musicales; para los incondicionales de la personalidad artística del de Bera, perfectamente secundado por los músicos que dicho miércoles comparecieron a su vera: un plantel que, sin peros ni reparos, dio rienda suelta asimismo a sus particulares demonios, ejerciendo la magnética presencia y la cautivadora voz de Joseba de pegamento llamado a dotar de cohesión al hecho musical. A una cita en la que, a la vista de su desarrollo, solo echamos en falta una presencia sobre el escenario, a modo de toque final: la del  burladés Josetxo Ezponda.
Finalmente, el evento concluyó con la comparecencia de la bilbaína Ainara Legardón, vocalista que puso su voz a dos versiones, Blue crystal fire, de Robbie Basho, y Women of the World, de Jim O'Rourke. Un evento que, escapando de lo esperable o previsible,  para quienes intuyeron con qué se iban a encontrar, fue todo un acontecimiento. 

Genuina tracción ska

Concierto de Wisecräker


Fecha: martes, 19 de marzo.
Lugar: AKE, Txantrea.
Intérpretes: Wisecräker, formación integrada por Dr. Klüse, a la  voz y al saxofón, Henrik Horneber, al bajo, Tape Machine, a la guitarra y a la voz, Hanez, a la batería, Schwarzen, al trombón y a los coros, y Dr. Sese, a la trompeta.
Incidencias: presentación de 15 Years / 15 años, nuevo CD del grupo. Hora y 15  minutos de duración, bises incluidos.  Asistencia buena. Público curioso.

Las puertas de AKE se abrieron para recibir a Wisecräker, formación que, radicada en Hannover, con quince años de carrera & carretera a sus espaldas, visitó nuevamente el local; banda que en los albores de una mini gira por la piel de toro, consiguió calentar la fresca tarde noche del martes con su música: en esencia, de revelador color ska. Aderezado dicho estilo, de gruesa sonoridad en manos del sexteto, por vetas más bien propias de su primo hermano el reggae e indisimuladamente influenciado por el punk. Por la sombra de viejas bandas como The Clash.
Merecedores de escenarios mayores –a tenor de lo visto-, los de Alemania noquearon a los presentes con su vigorosa aleación de rock y ska, de genuina fuerza y regusto; dándolo todo sin escatimar energías para ello, apoyándose en una frenética mezcolanza musical a la que los vientos, saxo, trombón y trompeta, vaya que si dieron alas, elevando las canciones a gran altura: unas composiciones trenzadas por unos músicos que en todo momento jugaron a la perfección con sus posibles velocidades: como los buenos conductores con las diferentes marchas de sus coches, en función de la ocasión. Con el armazón rítmico de unos temas entre los que llamaron la atención las versiones ofrecidas, perfectamente llevadas a su terreno y de corte premeditadamente surrealista, queremos suponer: Final countdown, de Europe; Por qué te vas, de Janette, o, ya en los bises, el Master of Puppets de Metallica, nada más y nada menos.
De paso por Nafarroa camino, en primera instancia, de Vigo, los germanos Wisecräker hicieron escala artística en la referencial sociedad de la Chantrea, local con derecho a señalización especial en las hojas de ruta de bandas como esta… Por derecho propio;  por su valentía a la hora de programar, a prueba de bombas –directamente-. A prueba de bandas musicales o, por seguir con el símil, de comandos provistos de misiles de excitantes cargas sonoras siempre, prestas a explotar. De grupos como este o como los italianos Talco –por homenajear a otra gran banda de similar estilo que recientemente visitó Iruñerria-, formaciones que, por medio de sus conciertos, están dando buenísima fe de la inmejorable salud de que actualmente goza el ska en el viejo continente; trotamundos de la canción, en resumidas cuentas, ambos grupos, que, a imagen y semejanza de los antiguos juglares, no dudan a la hora de coger sus bártulos y recorrer Europa ofreciendo sus musicados tónicos con forma de canciones; ¿su recompensa? En el caso de Wisecräker, además de los discos y camisetas que lograsen vender en su humilde tenderete, la sintonía con los presentes. La conformidad del público, lo más importante para ellos, con toda seguridad. Y, consecuencia directa de ello, la suya.
Respecto a la actitud de los presentes, diremos que, a pesar de que fueron repetidamente invitados a bailar (y en castellano, lengua en la que se expresó el cantante, por lo que nadie pudo aducir que no entendió sus palabras), no lo hicieron en demasía, llegando nosotros a la siguiente conclusión, conociendo nuestras costumbres como las conocemos: que bastante hicieron con asistir, y más, tratándose de una lluviosa noche de martes; y es que, por esta parte del globo, ya se sabe cómo somos en materia de bailar, más de talante observador que de derrochar talento poniendo las cinturas en movimiento. Sea cual sea la raigambre de la música que suene. En fin. Feliz y positiva experiencia lejos de casa, Wisecräker…


Densidad, magia, intensidad

Concierto de Havalina


Fecha: viernes, 15 de marzo.
Lugar: sala Zero2Live, Ozone; Iruñea.
Intérpretes: Havalina, banda formada por Manuel, a la guitarra y a la voz, Ignacio, al bajo y a los coros, y Javier, a la batería.
Incidencias: presentación de H, 7º CD del grupo. Asistencia aceptable. Público joven y participativo. Hora y media de duración.

Los madrileños Havalina debutaron el viernes en la plaza de Iruñea, ofreciendo en el corazón del barrio de Donibane una actuación que, apoyándose en la tríada de vectores en el título apuntada; derrochando oficio, soltura y seguridad a la hora de conjugar los tres (o de jugar con ellos –directamente-), no dejó indiferente a nadie.
Ante un público selecto, conformado por irredentos melómanos sobradamente conocedores de la banda; con un CD de estreno, H, señalado por la crítica especializada como uno de los mejores discos del año, el contundente trío repasó lo mejor de lo deparado por su discografía desde 2009, generando una música de trazos gruesos, muy gruesos, pero, a su vez, apta para tímpanos sensibles: he aquí uno de los aspectos que más poderosamente llamó  nuestra atención; una música, a pesar de lo dicho, totalmente apropiada para ser disfrutada por espíritus especialmente sensibilizados o predispuestos a gozar de los placeres de la vida. De lo bueno, eso que, se trate de lo que se trate, atendiendo a su naturaleza, siempre sabe bien.
 Erigido sobre una demoledora concepción del indie rock, punto de llegada y de partida –seguramente-, el hecho musical protagonizado por Havalina hizo gala de un significativo número de tentáculos estilísticos, prestos y dispuestos en todo momento sus aguijones para cautivar con sus ambrosías a los presentes. Para hacerse con su atención inoculándoles sus excitantes venenos, de muy variadas texturas: con sabor a stoner -de corte sugestivamente melódico y melancólico, consecuencia directa de la premeditada forma de cantar de Manuel- y a rock de regusto más o menos sinfónico, sideral y progresivo; ¿el resultado, así las cosas? Unas canciones como Viernes, Sueños de esquimal o Tu ciudad, con las que empezaron, que, envueltas por atmósferas premeditadamente oscuras, levantadas sobre ingentes muros sonoros (tal vez en aras de  proteger su esencia), lucieron arrebatadoramente luminosas, aportando Manuel desde el micrófono su imprescindible toque diferencial. Luz a la oscuridad. Claridad a las mismas. A composiciones tan vigorosas como La Antártida empieza aquí, Imperfección o Síndrome de culto –por citas algunas más-, ricas en cruces y amasijos rítmicos que, tan difíciles de definir como sugerentes, lucieron una naturaleza pretendidamente  bipolar. Esquizofrénicamente bipolares a la vista de cómo, en lo que dura un pestañeo, pasaron en el sentido que se quiera del cero al infinito, reivindicando por medio de sus deflagraciones un hecho musical totalmente alternativo, más allá de interesadas, posibles y manida connotaciones de la palabra en cuestión. Explotando en sus clímax, salvando las distancias, como si de bombas H se tratase. De densa e intensa magia las mismas. De mágicas densidades e intensidades. De intensa y mágica densidad, con H… de Havalina, claro está.
Denotando personalidad artística propia, ser una banda de primer nivel;  derrochando fe, electrizante pundonor y una inequívoca actitud, el power trío de poderoso directo Havalina confirmó las expectativas de los espectadores, cautivando con su irresistible magnetismo a un público que, como no podía ser de otra forma, terminó cabeceando con determinación en buena parte de los casos: una pena que en los presentes tiempos haya muchísima más oferta que demanda, pues, en caso contrario, otro gallo les cantaría. Para el arriba firmante, todo un descubrimiento, claro está.

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