MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

23/3/14

“CICLONAUTAS SE BASA EN LA CREATIVIDAD DE ‘MAI’ A LA HORA DE HACER CANCIONES”


AL HABLA CON ALÉN AYERDI, BATERÍA DE LA BANDA

Con el esperado CD de su nueva formación ya en la calle, hace escasos días charlamos con Alén Ayerdi, uno de los puntales sobre los que se asienta Ciclonautas, trío integrado por él a la batería, Javiertxo ‘Txo’ Pintor al bajo y Mariano ‘Mai’ Medina a las guitarras y a la voz. Así pues, he aquí qué nos contó el también baterista de Marea y Calaña sobre el devenir de su actual proyecto, haciendo especial hincapié en su reencuentro en los escenarios con ‘Mai’, sus influencias musicales menos conocidas o en su descubrimiento de Iñaki Llarena: ingeniero de sonido de Estudios Aberin, donde se grabó el trabajo, y productor del mismo: de un disco titulado Qué tal que, protagonizando un debut inaudito en el rock estatal, nace doble. 




Ciclonautas surge como idea en 2011, hemos leído por ahí…
Tras uno de sus viajes a Argentina, Mariano volvió con las pilas especialmente  cargadas; me dijo que tenía temas y me pareció muy bien. Comenzamos a mirarlos, a tocar, a grabar lo que íbamos haciendo y a guardar todo, y a partir de ahí, a dar forma a las canciones: tanto en lo referido a su sonido como a las estructuras de los temas.

Tras la experiencia de Calaña vuelves a juntarte con ‘Mai’. Y asumiendo el citado más responsabilidades que en dicha formación. ¿Qué es ‘Mai’ para ti?
Ciclonautas no tiene nada que ver con Calaña: supone una continuación de nuestra relación como músicos, de nuestras sinergias sobre el escenario, pero poco más. Su papel en Calaña era aportar cimientos musicales a temas que llevábamos entre todos o que componía Domingo Calzado, mientras que Ciclonautas se basa en su creatividad; en su personalidad a la hora de hacer canciones, cantarlas y expresarse con la guitarra.

Comenzáis a trabajar y seguís haciéndolo hasta que tenéis 22 temas. ¿Fuiste consciente  de lo que teníais entre manos?
No, pero tampoco le di mucha importancia; a eso nunca se la doy. Yo acostumbro a pensar si lo que estoy haciendo me gusta o no. Si me pone o no me pone los pelos de punta, ese es el único requisito para que yo me involucre en una banda. Si me aburro no puedo sacar nada bueno, ni de mí ni de quienes estén tocando conmigo. En este sentido diré que cada tema terminado era un triunfo: era mirarnos a la cara y vernos con la piel de gallina. Íbamos guardando los temas con mucha alegría, viendo que aquello era justamente lo que queríamos hacer.

¿Qué canción fue la espoleta definitiva?
En realidad, desde el principio, nos dieron todas muy buenas vibraciones. La primera que montamos, Demasiado estuche, nos atrapó. Sonaba a rock con poquísimos prejuicios. Con tan pocos prejuicios como muchísimas referencias, pues mamaba de las grandes referencias del rock. La apuesta era ambiciosa, pues queríamos hacer algo así pero con un sonido actual.

¿Cómo fue el proceso general de montaje y de composición de las canciones?
Mariano traía la idea y sobre ella nos poníamos a tocar; grabábamos todo y a partir de ahí discutíamos sobre los arreglos y la estructura general. El proceso fue bastante rápido, pues cada día dejábamos montado un tema. A algunos temas, claro está, hubo que darles más vueltas, pero en general trabajamos así. Quedábamos un día a la semana, hacíamos lo que estoy contando y a la siguiente sesión, tras escuchar lo que habíamos hecho el día anterior, nos liábamos con otro tema. En ese sentido hay que decir que salió todo de forma muy fresca y muy fluida; ‘Mai’ trajo muchísimas ideas, e incluso temas prácticamente terminados. Estaba súper centrado.

La incorporación de Javiertxo al bajo, ¿en qué punto tiene lugar?
Desde el principio hablamos de incluir un bajista, pero nos liamos a hacer canciones. Y  estábamos tan a gusto que no encontrábamos el momento de decir, “tío, tenemos que pillar un bajista ya”. Probamos con uno anteriormente, pero estaba muy atareado con un proyecto y la idea no cuajó: necesitábamos alguien muy centrado con lo que estábamos haciendo. Creíamos que los temas que estábamos montando requerían toda la atención de quien entrara a formar parte de la banda, pues eran muchos y tenían su complejidad. En ese impasse, tras hablar un día con Javiertxo y comentarle que andaba con Mariano en esta historia, a la semana siguiente me llamó, preguntándome a ver si le podía enseñar algo. E insistió tanto que le enseñamos lo que teníamos, grabaciones caseras de nuestras  sesiones de trabajo. A principios de 2013, una vez concluida la gira de Marea, comenzó a llamarme nuevamente, hasta que un día fui a su casa y le puse los temas. Y le encantaron. Y ya no dejó de llamar hasta que entró en el grupo. ¿Qué pasó a continuación? Que mientras iba poniéndose al día, adaptándose a los temas y aprendiéndoselos, Mariano y yo seguimos componiendo, hasta que nos plantamos en 22.



Habrá a quienes sorprenda verte embarcado en un proyecto como este; hablemos de tus influencias musicales, más allá de las más conocidas por todos: Queens of the Stone Age, Foo Fighters…
Queríamos enfocar con un sonido actual todas las referencias rockeras y la musicalidad y la cultura musical de ‘Mai’. Esto es fundamental, pues vivimos en la época en que vivimos y la música tiene que sonar así, acorde a su tiempo. Además a mi, personalmente, Queens of the Stone Age me han revolucionado la cabeza, pues han sido capaces de destrozar la armonía y el ritmo y de hacer canciones preciosas. Le han dado otro aire al rock. Respecto a Foo Fighters, pienso que su último disco representó un paso más dentro del grunge, tanto en la forma de tocarlo como en lo referido al sonido. Lo que más he podido influir yo en ‘Mai’ ha sido a la hora de  mostrarle discos que me gustan. Cosas actuales. En darle la pelmada con ello. Mariano es más clásico, aunque está abierto a escuchar.  


A la hora de grabar las canciones, elegís a Iñaki Llarena y su estudio de sonido de Aberin, ¿Por qué razón?
Me llamaron una vez para estar de Jurado en Encuentros, un concurso organizado por el Gobierno de Navarra, e Iñaki fue mi gran descubrimiento; me fijé en que algunas de las maquetas presentadas a concurso, independientemente de por su calidad musical, llamaban la atención y destacaban por el sonido, que era lo que andaba buscando yo. Y escuchando algunas me dije, “este tío entiende el rock fronterizo muy bien: desde Seattle hasta Los Angeles”. Así fue como comprobé que el componente común de cuantas grabaciones habían llamado mi atención era Iñaki Llarena. Metí su nombre en un buscador de Internet, pues no lo conocía, y descubrí que vivía cerca de mí casa: “qué suerte he tenido” –pensé-. Les planteé la idea a ‘Txo’ y a ‘Mai’, lo localicé, quedé con él y comprobé de inmediato que hablábamos de los mismos grupos y de los mismos discos: la sintonía fue total y absoluta. Me lo llevé a casa, le puse las canciones y flipó de tal manera que incluso le llamó a Mariano para felicitarle. A manera de conclusión dijo, “me dicen que sois de Los Ángeles y me lo creo”. Así pues, si queríamos como resultado un sonido actual, algo que representase todo lo que aglutina estilísticamente Ciclonautas, teníamos que grabar con él, pues Iñaki piensa en sonido. Mariano y el ‘Txo’  han quedado encantados.

El CD, finalmente, ha salido doble; un disco doble, ¿es como tener gemelos?


En el sentido de que fuimos a hacer uno y han salido dos sí, pero atendiendo a sus contenidos no creo que sean gemelos. Mellizos sí -tal vez-, pues aunque la personalidad de ‘Mai’ está muy presente, los dos discos tienen sus diferencias. El primero, La virtud del caos, tiene un sonido más de grupo, mientras que el segundo, Que corra el aire, es más un disco de canciones. El título general que alberga a los dos es Qué tal

No hay comentarios:

Publicar un comentario

USTED ES EL VISITANTE Nº