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4/8/14

criticARTE VERANO 2014: LA TRIBU OBEMBE, STEVE SMYTH Y LOS ZIGARROS, PARA EMPEZAR

Mucho más que una banda de versiones

Concierto de La Tribu Obembe


Fecha: jueves, 31 de julio.
Lugar: terraza del Caballo Blanco, Iruñea.
Intérpretes: La Tribu Obembe, banda integrada por la Vieja pícara tía Ganga, a la voz, Oblongo, al bajo, Yogurtu, a la guitarra, Reverendo O'Hara, a la guitarra y a los coros, y Sir Archibald Bradley, a la batería y a los coros.
Incidencias: concierto enmarcado en el ciclo estival organizado por el Mesón del Caballo Blanco. 1 Hora y 50 minutos de duración. Público participativo que protagonizó una buenísima asistencia.


A la hora de hablar de su repertorio, La Tribu Obembe dice que se compone “de versiones muy poco comunes de temas muy conocidos”. Pero creemos que no es así. Que las apariencias engañan, toda vez que lo suyo trasciende a lo que popularmente se entiende por ello. Por versiones. Y por grupo ‘de versiones’. Y es que lo que esta peculiar tribu demostró desde el escenario fue algo bien distinto; ser una banda surgida con otro fin, más allá de versionar: con el de experimentar con repertorios ajenos… pero sin intentar apropiárselos sin más. Con el de jugar con canciones, si bien, de otros, pero buscando otra cosa: tratar de hacerlas suyas… Conjugando para ello con insultante naturalidad ingredientes líricos y musicales de composiciones de procedencias totalmente dispares: letras de Mecano, por ejemplo, con música de hits de Guns N´ Roses o Iron Maiden, logrando como resultado jugos sonoros de sabor sensacional.
Así pues, eso hizo La Tribu Obembe, dejando entrever –en otro orden de cosas- que, después de tener tan genial idea y dar con las canciones adecuadas, hay que estar muy capacitado para jugar con temas emblemáticos combinando letras, tempos y estilos musicales de unos y otros como lo hicieron, con la soltura del prestidigitador. Y a fe que lo lograron, dejando a los presentes plenamente satisfechos.

En un ambiente presidido por la expectación y la complicidad, la actuación arrancó con el tema Mi gran noche de Raphael, magistralmente tintado de vetas hard, sonando pronto un primer hit por sorprendentes nuevos derroteros: Todos mirando, de Barricada, brindado en clave de tango. A partir de dicho punto, perfectamente propulsada la banda por el hacer del cantante, su versatilidad creció y creció, deparando ‘reconversiones’ musicales –si se nos permite- como, entre otras, las reinvenciones del Still loving you de Scorpions (a ritmo de merengue), Hijos de Caín, de Barón Rojo, en clave de salsa, o la protagonizada en carne musical propia por el We are the Chammpions de Queen, reconvertido en un charlestón. Y todo ello, además, dando lugar en algunos temas a momentos lindantes con la parodia, aliñados por el regusto característico del hacer de grandes como Manolo Kabezabolo, como lo dieron a entender en la recta final las adaptaciones brindadas de hits de Rocío Durcal, Los Pecos o Rocío Jurado, sin huella alguna en su esencia de aires vintage o de revival.
¿El momentazo a destacar, llegados a este punto? Como colofón de las originales fusiones de músicas y letras que dieron lugar a las interpretaciones más celebradas de la velada, la mezcla en perfecto maridaje de la letra del Hoy no me puedo levantar, de Mecano, con la música del Sweet child of mine de Guns and Roses, teniendo el resultado final todos los boletos para convertirse en un clásico.
Así `pues, de esta guisa pasó por el Caballo Blanco La Tribu Obembe: refundiendo cual excelsa materia prima grandes éxitos de otros en beneficio ¿propio? No, de todos: del público en general, a juzgar los aplausos cosechados. Así pasó la presente tribu, grupo para el que esta actuación debería representar un antes y un después. De lo mejor en todos los sentidos que hemos visto en este marco.

Libre como el viento, valiente como el rock

Concierto de Steve Smyth


Fecha: jueves, 24 de julio.
Lugar: terraza del Caballo Blanco, Iruñea.
Intérpretes: Steve Smyth, a la guitarra y a la voz.
Incidencias: concierto enmarcado en el ciclo estival organizado por el Mesón del Caballo Blanco. 1 Hora y 15 minutos de duración, Buenísima asistencia, público dispar que disfrutó de la temperatura ambiente y de la actuación.

Procedente de la Costa Sur de New South Wales, Australia, e inmerso en un inmenso tour por el Estado con línea de Meta en el Low Cost Festival de Benidorm (su actuación en dicho marco estaba prevista para ayer domingo), Steve Smyth se dejó ver y oír sobradamente en la terraza del Caballo Blanco, apoyado únicamente en su guitarra y recurriendo –básicamente- a los temas de Release, único trabajo largo con que cuenta.
Con tracción propia su propuesta pese a verse abocado a defenderla en solitario, el australiano derrochó aires rockeros de esencia bluesera tintada de pinceladas de folk ameruicano; un hecho musical realmente sui géneris, de timbre y sonido genuinos y difícil de clasificar, resultante de enredar y enredar en aras de amasar su propia argamasa sonora: intensa y con latido propio para unos y más o menos densa o incluso excesivamente pantanosa por momentos para otros. ¿El resultado, así las cosas? Denotando las canciones cierto clasicismo de fondo, catártico para los espíritus especialmente receptivos y más bien brumoso para el gran público. Para aquellos que tal vez se acercaron al lugar arrastrados por la bonanza meteorológica y la posibilidad del disfrute de la música en directo. De música al aire libre en una tarde de verano, más que atraídos por la del impulsivo Steve: trotamundos del rock que con su comparecencia con la única compañía de su guitarra dio toda una lección de libertad, valentía y seguridad a la hora de enfrentarse a su actuación.
A defender y definir a un tiempo en directo una propuesta musical que, presidida siempre por su actitud y la sobresaliente majestuosidad y potencia de su voz, con guiños a las raíces de grandes como Tom Waits o Jeff Buckley, lució realmente personal dicha tarde noche; revelando polivalencias y hasta ambivalencias a la hora de hurgar en su naturaleza (esto es, de adentrarse en los vericuetos sonoros de algunos de los temas) y riqueza a la hora de hablar de tonalidades y volúmenes. Incluso distintos estados de ánimo, siendo testigos como fuimos de cómo gracias al hacer de Steve cobraron vida las canciones. Unas composiciones que se manifestaron ya de modo estridente, incluso echadas hacia delante sin piedad, ya de forma más melódica, como si de desinfectar los arañazos causados previamente a los presentes se tratara: a un público que, a tenor de lo comentado líneas más arriba, valoró el espectáculo presenciado con cierta división de opiniones. A su libre albedrío Steve Smyth todo el tiempo, todo un descubrimiento tal vez para la sección realmente melómana del personal.

Para fumadores y no fumadores

Concierto de Los Zigarros

Fecha: jueves, 17 de julio.
Lugar: terraza del Caballo Blanco, Iruñea.
Intérpretes: Los Zigarros, banda integrada por Ovidi Tormo, ala guitarra y a la voz, Álvaro Tormo, a la guitarra, Nacho Tamarit, al bajo, y Adrián Rives, a la batería. 
Incidencias: concierto enmarcado en el ciclo estival organizado por el Mesón del Caballo Blanco. 1 Hora y 15 minutos de duración, bises aparte. Buenísima asistencia.

Inaugurada a mediados del pasado junio, la temporada de conciertos del Caballo Blanco quedó relanzada de la mejor de las maneras posibles de manos de los valencianos Los Zigarros, quienes, en una jornada marcada por la bonanza meteorológica, dieron la campanada por todo lo alto, protagonizando una verdadera tarde de rock & roll. Un concierto de rock genuino que transcurrió todo el tiempo dentro de los parámetros del género más característicos. Sorprendiendo con un concepto tan básico como echado para adelante de lo que debe ser un concierto de este tipo, los citados prendieron fuego a su paquete de canciones sin zarandajas ni vacilaciones, comenzando a compartirlo con los presentes con el tema No obstante lo cual; mostrando ADN y credenciales sonoras con una composición a la que siguieron otras dos de su único CD: una de ellas la titulada Antes de los muertos, adornada por punteos de lo más evocadores. De irresistible magnetismo propio. A continuación la marcha que imprimió la banda en este arranque cambió momentáneamente de color de manos de la interpretación de tres versiones (una de ellas, American girl, de Tom Petty), para seguir la actuación por su sitio -acto seguido- con temas de factura propia tan celebrados como Voy a bailar encima de ti, Como un puñal o Cayendo por el agujero. Y todo ello, ingentes caladas de gusto y pasión a la hora de tocar de por medio, sin pasar por alto la noticia triste del día desde el prisma musical, el fallecimiento de Johnny Winter, artista al que dedicaron un sentido y memorable blues. ¿Otras composiciones a destacar? Camino del final, con el público llevándoles prácticamente en volandas, Hablar, hablar, hablar, o Dispárame, última antes de los bises: a la vista del calor reinante (en todos los sentidos) y de que todavía no había anochecido, imprescindibles los mismos dicha tarde noche. En plena ascensión del puerto, camino necesariamente de la cima; no sabemos de qué altura la misma pero lo dicho, de hacer cumbre tras las rampas de diferentes pendientes que llevan recorridas: unas 80 desde que viese la luz su primer CD; esto es, tantas como los conciertos dados, Los Zigarros pusieron banda sonora a la veraniega tarde de verano del pasado jueves; rompiendo el hielo tras el impasse propio de estas fechas. Quebrando la tradicional sequía musical postsanferminera. Y lo hicieron impartiendo toda una clase de tocar rock sin estridencias supletorias ni innecesarios ornatos. De rock & roll tocado con verdadera clase, facturado con una energía que, generando más y más energía, retroalimentó, y de qué manera, la fuerza inherente a las canciones, engrandeciéndolas totalmente en directo; y así lo entendieron los presentes, un público de diferentes edades que, ávido de sol y de música en directo, tras abarrotar la explanada del Caballo Blanco, aplaudió con fuerza en diferentes momentos de la velada. Y los próximos jueves de julio, los días 24 y 31, Stephen Smyth y la Tribu Obembe en este escenario. Andaremos por allí.

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