MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

28/12/14

criticARTE DICIEMBRE: ALIMAÑA HARDCORE, INSOMNIO KRÓNIKO, ANDY McKEE, HABEAS CORPUS, UNISONIC, NIGHTFEAR, LORDS OF BLACK, OBÚS, SETH LAKEMAN y MACHINE HEAD

Metálicos gladiadores

Concierto de Insomnio Króniko


Fecha: sábado 20 de diciembre.
Lugar: Infernu Taberna, Iruñea.
Intérpretes: Insomnio Króniko, formación integrada por Xabi, a la voz, Josu y Julen, a las guitarras, Jon, al bajo y a los coros y segundas voces, y Dani, a la batería. Como teloneros comparecieron Alimaña HardCore.
Incidencias: presentación de Origen, 2º CD de Insomnio Króniko. Lleno. 2 horas en bruto de música en directo.

El Infernu, el mejor marco local para actuaciones de este calibre; el Infierno de Iruñea –si se quiere, recordando la sala de conciertos de la película El Día de la bestia- registró una brutal entrada en una noche tan poco pródiga en conciertos musicales como la del lejano sábado día 20, llevándose un buen regalo los asistentes: presididas por el denominador común de la actitud y el hardcore (H/C), las incontestables actuaciones de dos bandas de auténticos luchadores.
9 años en la carretera y 3 discos avalan el hacer de Alimaña Hardcore, primera formación en liza dicha noche que, enchufada desde el minuto 1, abrió fuego sin concesiones a ritmo de voraz y avaricioso H/C, impulsando hacia arriba, y de qué manera, el mercurio. Motivando a los más avezados a practicar el headbang o movimiento de cuellos como si les fuera la vida en ello: a degüello, toda vez que así siguieron la descarga, bronca y malencarada tal y como corresponde al género. ¿La pena? Que cosa de la actual coyuntura general (y no nos estamos refiriendo únicamente al actual estado de la economía) formaciones como esta, fuera de su natural radio de acción, no puedan plantearse recalar en salas de conciertos; que sigan viéndose  abocadas a hacerlo en bares… y contento, por factores por todos conocidos; por razones totalmente ajenas a presuntas carencias de meritos artísticos. Así pues, demoledores los Alimaña. Nada que objetar.
A continuación, tras semejante primer plato, llegó la hora de la verdad para Insomnio Króniko, formación que continúa con la presentación de su nuevo CD en esta, su tierra. Y los de Atarrabia –Iruñerria, certeros como la capacidad destructiva del terremoto, poderosos como la tormenta, lo dieron todo en su gran noche, transmitiendo seguridad y convicción. Convencimiento -haciendo gala de estar en continua evolución-, mostrándose como un engranaje incuestionablemente engrasado pese a estar comenzando a defender sus nuevos temas en directo.

Llegados a este punto diremos que su concierto lució erigido sobre una muy moderna concepción del metal-core, aliñada dicha sonoridad por la velocidad del H/C y teñida por momentos, en función de las canciones, de melodías típicas del numetal; del subestilo caracterizado por mezclar la tempestad con la calma llegado a finales del siglo XX a la escena metálica mundial… para quedarse. Así pues, ¿qué decir a modo de conclusión? Que poniendo toda la carne en el asador vaya cómo calentaron el Infernu, sudando la camiseta ellos y haciéndosela sudar a los presentes. Convenciéndolos plenamente y dando a entender lo siguiente, que sonando así pueden seguir soñando. Pensando con sólidos argumentos que el sueño de su grupo, Insomnio Króniko, puede hacerse realidad. No a la velocidad del hardcore, cosa de los actuales tiempos; de las dificultades de todo tipo que encuentran las bandas que apuestan por los sonidos duros para salir adelante, pero sí. Lo dicho. Como buenos gladiadores, si continúan así: batiéndose el cobre en la arena, entrega y lucha mediante. 

As de las 6 cuerdas y más

Concierto de Andy McKee

Fecha: viernes, 19 de diciembre.
Lugar: auditorio Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: Andy McKee, a las guitarras.
Incidencias: presentación de Mythmaker, 6º CD del artista, 3ª cita del ciclo Musiketan. Hora y 30 minutos de duración, bises aparte. Medio aforo largo, público entendido que se mostró participativo.


El monstruo de las 6 cuerdas Andy McKee (Topeka, Kansas; 1979) pasó recientemente  por la sala de Cámara del Palacio de Exposiciones y Congresos, impartiendo una auténtica lección acerca de qué hacer con una guitarra entre las manos. Con las cuerdas de dicho instrumento entre los dedos, dando un auténtico repaso al arte por él acumulado… Iluminando, y cómo, la noche: puro preciosismo sonoro su actuación,   elevado a la potencia que se quiera.
Ante un público integrado en significativo número por músicos, destacando la presencia de guitarristas; frente a una palpable expectación, el mago de personalísimo estilo a la hora de tocar, ingente talento a la de componer y millones y millones de reproducciones en Youtube demostró atesorar conocimiento… Y más, de manos de su magia. Ser toda una autoridad en la materia: saber qué se traía entre manos -nunca mejor dicho-, haciendo total gala de un innegable Magisterio de Autoridad plasmado en sus composiciones, conformando las mismas un caudaloso y sugerente viaje. Una vibrante expedición a lomos de unas guitarras cuyo número de cuerdas, 6, se nos antojó equivalente al de las válvulas de un motor de ¡16! -en lo que a prestaciones y resultados hace referencia-. Y así lo entendieron los presentes, aplaudiendo con estrépito y dando palmas con más y más fuerza a una con el incremento de los niveles de dificultad a la hora de interpretar los temas; del aumento de dichos niveles de dificultad… y, estando la función artística de por medio, de espectacularidad a la hora de llevar al directo las composiciones; ¿Que cuáles brillaron  especialmente? Las ofrecidas recurriendo a la técnica del tapping, consistente en hacer sonar las cuerdas tocándolas con ambas manos sobre el mástil.
Apoyándose en las piezas ofrecidas, el artista, todo un one man band por momentos, llenó de música y buenísimas sensaciones la sala, adornando todas ellas por todo tipo de percusiones trazadas ya con sus manos sobre la cintura de su instrumento, ya con sus pies sobre el entarimado; jugando McKee con las afinaciones y con algunos efectos de sonido y, en suma, protagonizando un ejercicio musical de tanta exquisitez y elevado octanaje como de alta tensión a todos los niveles –seguramente-, compareciendo como lo hizo: en solitario, sin posibilidad alguna de esconderse. Mostrándose en todo momento… contra las cuerdas, nunca mejor sacada a colación la expresión. Eso sí, saliendo de todos y cada uno de los envites, qué grande, a la perfección.

Llamando a las cosas por su nombre

Concierto de Habeas Corpus


Fecha: sábado, 13 de diciembre.
Lugar: sala El templo, Iruñea.
Intérpretes: Habeas Corpus, banda integrada por Ikerl, a la batería, Mr. Chifly, a las guitarras y a los coros, Víctor, al bajo y a los coros, y M.A.R.S., a la voz. Como teloneros abrieron noche Mierda.
Incidencias: presentación de A este lado de la crisis, nuevo CD de Habeas Corpus. Hora y ½ de duración, bises incluidos. Asistencia discreta. Público que se mostró entregado.

Tras participar en 2013 con Los Chikos del Maíz en el proyecto común denominado Riot Propaganda, en abril de este 2014 vio la luz un nuevo trabajo de los madrileños Habeas Corpus, el décimo-tercero; un disco que, concebido al igual que los restantes, desde el  lado de quienes desde siempre padecen la crisis, presentaron sin concesiones en El Templo.
La velada arrancó de manos del igualmente contundente hacer de los teloneros, trío cuyo nombre ya es una provocación en sí misma y que derrochó agresividad a espuertas con forma de canciones, poniéndole a la noche los puntos sobre las íes desde los prismas lírico y musical. Dejando entrever sus componentes, capitaneados por el incontestable Nano (11 años en Habeas Corpus, he aquí su mejor aval), que para ellos hacer música como la ofrecida, de genuino espíritu hardcore-punk, es una necesidad poco menos que fisiológica. Y así lo demostraron, plasmando sobre el escenario con verdadero nervio y verdaderas ganas dicha necesidad; y, lo más importante (tratándose del grupo telonero), convenciendo con ello a los presentes.
A continuación llegó la hora del rapcore metalizado más acerado e irrebatible del Estado, de manos de los legendarios Habeas Corpus, quienes alternaron en su repertorio nuevas detonaciones (A este lado de la crisis, con el que empezaron; Ay de los vencidos) con el disparo de viejos hits (Otra vuelta de tuercaCada vez más odio), luciendo todos ellos un idéntico calibre: erigida la música sobre la ferocidad de Mr. Chifly a las 6 cierdas y construidos sus textos desde el librepensamiento y la clarividencia de M.A.R.S., el de la indignación absoluta, poniendo casi de inmediato en pie de guerra a la sala. En pie de desbordante pogo a las primeras filas, algo que continuó con la deflagración de más viejos himnos como A las cosas por su nombre (tema que al igual que el último citado, 14 años después de su composición, continúa igual de vigente) o Basta ya: lástima que, cosa de las condiciones acústicas del local, no se entendieran con la debida nitidez los comentarios del vocalista. Una pena…

Pasado el ecuador de la actuación, el grupo, en su afán por incendiar la noche de forma irreversible y de no dar ningún tipo de tregua a los presentes, afrontó un curioso experimento, logrando que el público abriese un pasillo central para que bajasen guitarrista y bajista a tocar entre la gente. Y de esta guisa, a pie de suelo, brindaron un demoledor 3 en 1: un medley integrado por sendas versiones de La Polla (Ellos dicen mierda) y Barricada (No hay tregua) entremezcladas con su tema propio Mano de hierro, guante de seda intercalado, abriéndose los asistentes durante la interpretación de las versiones y cerrando el círculo a una con la onda expansiva desatada por la canción de autoría propia. Haciéndolo en explosivo pogo ante la satisfacción general. Ante un beneplácito que, una vez terminada la actuación, llevó a la banda nuevamente al escenario, sonando como tripleta final La rabia y los sueñosFascismo nunca más y Sois ejemplo, demoledor broche final. Así pues, llamando los Habeas Corpus a las cosas por su nombre una vez más.

Inquebrantables Unisonic

Concierto de Unisonic


Fecha: domingo, 7 de diciembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Unisonic, formación integrada por Michael Kiske, a la voz, Mandy Meyer y Kai Hansen, a las guitarras, Dennis Ward, al bajo, y Kosta Zafiriou, a la batería. Como teloneros abrieron noche Taken, Nightfear y Lords Of Black.
Incidencias: presentación de Light of dawn, 2º CD de Unisonic. Alrededor de hora y 1/2 de duración, bises aparte. Buenísima asistencia, 2/3 de aforo. Público que disfrutó de la actuación.

De manos de la poderosa aleación formada por el vocalista Kiske, quien compareció con una de sus rodillas lesionada, y el guitarrista Hansen, miembros fundadores de Helloween y antiguos componentes del mítico grupo (este último, además, fundador, guitarrista y vocalista en activo de Gamma Ray), he aquí cómo se mostraron Unisonic en Tótem: inquebrantables, demostrando la banda ser un sólido y consolidado valor de la escena metálica ¿europea? Mundial –nos atreveríamos a decir-, estando más que justificada su aureola de súper formación.
Con trazas de festival (a la vista del número de grupos participantes), la velada arrancó con los locales Taken, a quienes no vimos por haberles tomado la temperatura en vivo en fechas recientes; los segundos en liza fueron los madrileños Nightfear, quienes sorprendieron con un speedmetal que, torrencial, fuerza y  pundonor a espuertas, caló en y a los presentes, dejándoles marca con temas extraídos de su primer CD y con unos cuántos inéditos; llamados a integrar un prometedor segundo disco ya en camino, a juzgar por lo escuchado.
De igual modo, cual fieras en edad de no ser calmadas de momento (mucho menos por la música), se mostraron los siguientes en actuar, Lords of Black, madrileños igualmente que demostraron sobradas razones para haber sido elegidos para la presente misión: abrir para Unisonic, papeleta que de manos de una concepción del heavy aplastantemente moderna, resolvieron a la perfección. Apoyándose en una concepción del género de compleja factura (prueba de que la sonoridad del mismo puede y debe evolucionar), con el hecho musical siendo portador de bases electrónicas y teclados pregrabados, lo único que dicha noche no nos terminó de convencer: que ni estos ni Unisonic incluyesen teclista en sus alineaciones, siendo los teclados tan importantes como demuestran serlo en la confección de sus temas. En el metal alemán en general.  Y poco más que decir; si acaso hacer una mención especial para la despedida de Lords of Black, versionando el We rock del inmortal Dio, metiéndose a la sala en el bolsillo.

A por todas, a sangre (metal) y fuego, Unisonic abrieron set con dos temas del CD que están presentando, brindados tras una intro pregrabada, Venite 2.0, espectacularmente secundada por las luces: perfecta antesala de lo que se avecinaba. ¿El más celebrado? Exceptional, hit con el que se hicieron con el beneplácito general, quedando corroborado lo dicho durante la interpretación del igualmente de estreno Your time has come, con el carismático frontman dando la mano a las primeras filas: clara muestra de cómo han cambiado las cosas en estos tiempos, presididos por la inmediatez y la búsqueda de la cercanía artistas-público a todos los niveles. ¿Lo más destacado del concierto? Las ganas de agradar de los músicos y la buenísima sintonía demostrada por Kiske y Hansen, uno de los pilares fundamentales del grupo. Bueno, y el buenísimo hacer del otro guitarrista, Mandy Meyer, quien no dudó a la hora de hacer distintos guiños a grandes hits de la historia del rock, buscando la complicidad del público: de unos asistentes que, derrochando efusión todo el tiempo, vibraron especialmente con las dos versiones de Helloween ofrecidas, March of time y, ya en los bises, el esperadísimo I want out: estando quienes estaban sobre el escenario, inmejorable broche final.

Con los machos atados, pero…

Concierto de Obús

 Fecha: sábado, 29 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Obús, grupo integrado por Fortu, a la voz, Paco, a las guitarras, Fernando, al bajo, y Carlos, a la batería. Como teloneros abrieron noche Xtasy.  
Incidencias: concierto enmarcado en la gira de celebración del 30 aniversario de la publicación de El que más, tercer disco de la banda. Alrededor de 200 personas, público de media de edad alta. Hora y 40 minutos de duración, bises aparte.


De manos de los supervivientes Obús, banda que próximamente cumplirá 35 años en ruta, el heavy metal español más genuino (e histriónico por momentos: es necesario decirlo) estalló en Tótem, sala que se quedó grande para la ocasión.

La velada fue abierta por Xtasy, quienes aprovecharon para presentar su álbum debut, Revolution, ofreciendo un pase correcto. Un concierto erigido sobre una concepción del hardrock muy ochentera y melódica que, de buscada sonoridad guiri, caldeó medianamente la sala de cara a la siguiente actuación, la de los incombustibles Obús.
Presidido el escenario por la alegórica escenografía esperada, con las botas puestas y los machos perfectamente atados, los madrileños arrancaron tras una intro pregrabada bajo cuyos sones ocuparon sus puestos baterista, bajista y guitarrista, compareciendo acto seguido mástiles al aire de los instrumentos de los dos últimos citados Fortu, marcando territorio (y otras cosas) altiva mirada al frente desde primera línea del escenario: un líder que hizo en todo momento lo que de él se esperaba, interpretando su papel a la perfección. Sin salirse ni un ápice del guión a la hora de dar rienda suelta a los tópicos que han jalonado su carrera al frente de la veterana formación.
La descarga estalló de manos de Corre mamón, tema de su último CD fijo ya en su   repertorio al que, de forma trepidante, pronto siguieron clásicos compuestos en su década dorada, los años 80, como Necesito más, o Te visitará la muerte, verdaderos himnos callejeros por entonces. Acto seguido el recuerdo fue para Desde el fondo del abismo, CD del año 2000 que aportó el tema Que te jodan, coreando la sala al unísono su estribillo: lo mismo que los de los siguientes temas en sonar, verdaderos hits: Dinero, dinero (con Fortu repartiendo presencia a pie de sala) y Prepárate, de accidentada interpretación: y es que en lugar del obús lo que pareció estallar en sus inicios fue el amplificador de Paco, quedando finalmente el asunto en anécdota y reanudándose de inmediato el show.
Con el carismático frontaman tirando de la locomotora acompañado desde primera línea de fuego por guitarrista y bajista, mención especial para este último, pundonor y espectacularidad a espuertas; con el hacer del trío perfectamente propulsado por la pegada del baterista (paletadas y paletadas de carbón a la máquina con forma de rotundos baquetazos), finalmente el set list se centró en temas del CD homenajeado, El que más, brillando, como siempre, AutopistaEl que más (racial oda a la delincuencia urbana de los 80) y La raya, antes de que llegara el momento definitivo; el de éxitos  igualmente imprescindibles para los presentes, como Solo lo hago en mi moto y Vamos muy bien.
¿Lo mejor y lo peor del concierto de Obús? Constatar que más de 30 años después siguen ahí, en forma, tras haber sobrevivido a épocas y modas; pero, siempre tiene que haber un pero, comprobar que actualmente la cosa da para lo que da. Que apenas hay agua en la piscina, vaya, toda vez que no han logrado regenerar su público. Que de manos de su devenir actual no han conseguido un mínimo relevo generacional, prácticamente integrado el respetable dicho sábado por jóvenes… de espíritu, más que de verdad. Y así… vamos mal.

Para paladares exquisitos

Concierto de Seth Lakeman

Fecha: sábado, 22 de noviembre.
Lugar: sala de Cámara, auditorio Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: Seth Lakeman, a la voz, al violín, a la viola, a la guitarra, al bouzouki, y a las percusiones.
Incidencias: presentación de Word of mouth, 7º CD del artista. 2ª cita del ciclo Musiketan. 1 Hora de duración, bises aparte. Alrededor de medio aforo.

Habitual de los escenarios de todo el mundo pese a su juventud, el prolífico cantautor y multiinstrumentista inglés Seth Lakeman (Dartmoor, 1977) subió semanas atrás al de la sala de Cámara de Baluarte, derrochando buenísimas vibraciones y mejor hacer con sus canciones. Demostrando ser un todoterreno a la hora de afrontarlas, en solitario,  enfrentándose hasta a ¡4! instrumentos musicales. Sí, cuatro, toda vez que las percusiones las trazó vigorosos taconazos mediante, rotundamente acompasados y  marcadamente rítmicos en todo momento. Así pues, toda una perita en dulce el citado,  encajando su concierto a la perfección en ese joyero de músicas y músicos que viene a ser Musiketan.
Alternando la calidez de violín & viola, el bouzouki y la guitarra, Lakeman disfrutó e hizo disfrutar al público con sus canciones, concebidas cual livianas pildoritas de genuino regusto folk rock; y, con resolución y solvencia a lomos de las notas musicales de los instrumentos citados, lo hizo resolviendo felizmente la actuación: cabalgando todo el tiempo sobre ellos con consumada decisión, solo frente al mundo sobre el escenario con sus útiles sonoros; con estos como únicas armas y escudos, poniéndose decididamente el mundo por montera sobre tan genuinas monturas: y así lo entendieron los presentes, un público que, predispuesto a dejarse llevar desde el principio, cayó finalmente rendido ante la gracia y maestría de la propuesta del artista, no dudando en pedir más tras el final.

Sobre la sonoridad de cuantas composiciones sonaron (ora de corte más festivo, ora de porte más atmosférico: en cualquier caso por las lindes estilísticas ya expuestas líneas atrás) diremos que sus tonalidades rítmicas, en el caso de las más festivas, nos recordaron en algunos casos, y cómo, a las de referentes de las músicas del mundo como Kepa Junkera, disparando las mismas especialmente la animación de la actuación: de un concierto, como los ya vividos y los llamados a ser vividos en el presente ciclo, concebido para paladares exquisitos. ¿La próxima cita? El 19 de diciembre, en puertas de Navidad, con Andy McKee. Volveremos a dejarnos sorprender.

Incendiario, devastador

Concierto de Machine Head

Fecha: domingo, 16 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Machine Head, formación integrada por Robert Flynn, Phil Demmel, Dave McClain, Jared MacEachern, al bajo. Como teloneros abrieron noche Darkest Hour.
Incidencias: presentación de Bloodstone & Diamonds, 8º CD de Machine Head Alrededor de hora y 3/4 de duración, bises incluidos. Buenísima asistencia, lleno prácticamente. Público que disfrutó de la actuación.

Referentes de la escena metálica mundial desde los últimos años de la década de los 90, Machine Head triunfaron a todos los niveles en Tótem, sala que acogió su actuación: ya desde el prisma artístico, mostrándose incontestables en directo, ya en lo relativo a la asistencia, copando sin concesiones el aforo de la sala. Y a pesar del día de la semana en el que fue programado el concierto, un domingo.
La velada arrancó con la comparecencia de Darkest Hour, segundos de los teloneros programados, toda vez que, por las razones que fuesen, los angelinos Devil You Know se cayeron del cartel: eso sí, siendo testigos de la respirable expectación reinante, en honor de la verdad diremos que nadie echó en falta uno de los entrantes; y menos a la vista de lo suculento del plato principal, conformándose el gentío con saborear como  único aperitivo la propuesta de los ya citados Darkest Hour, brutal formación que con su metalcore tintado de hardcore & death más o menos melódico no defraudó a los asistentes; al gentío que para las 20.00 ya abarrotaba el recinto. Y a continuación, tras media hora de reajustes de escenario; en medio de una cuidadísima puesta en escena (telón de fondo incluida así como telares cubriendo las pantalla de sonido, serigrafiado todo ello con motivos alusivos al grupo), llegó el momento verdaderamente esperado por todos; la hora H para los californianos Machine Head, formación que para satisfacción de los metalheads presentes en el recinto, al igual que ellos, lo dio todo, dándolo ambas partes a entender con el rítmico y salvaje headbang o movimiento de cuellos en diferentes momentos del concierto. Y a la vista de lo que vimos, estamos en condiciones de afirmar que para algunos, para sus cuellos –queremos decir-, el lunes tal vez fue doblemente lunes.
La actuación, el torbellino sonoro que fue la misma, arrancó con un  tema de estreno, Now we die, destacando entre los del último CD Killers & Kings, antes de que la descarga se centrara en clásicos como Imperium, Beautiful mourning, Locust o Ten ton hammer, siguientes en sonar: selección que englobó lo más selecto (valga la redundancia) de su discografía y que enardeció al ya caldeado público. Normal, habiendo sido hits como los citados esperados como agua de mayo, con su señera sonoridad y sus clarividentes guiños a lo que a finales del siglo pasado se denominó nu metal. Alternando canciones como las nombradas pasajes de diferentes intensidades, profundidades sonoras y colores, en sus briosos y espectaculares cambios de ritmos recayó desde el principio la responsabilidad del despegue de la velada: de un concierto que llegó a su recta final de la más apoteósica de las maneras, tirando –en el sentido de disparar-; disparando clásicos como Davidian, Aesthetics of hate o Halo, brindados en colosal loor de multitudes: con las chispas salidas de las guitarras transformándose de inmediato en llamaradas, cual si los instrumentos fuesen lanzallamas.
Procedentes de Barcelona y Madrid y camino de Marsella y Milán –entre otros destinos europeos, Machine Head pusieron a Atarrabia en el mapa protagonizando una abrumadora demostración de fuerza. Un incendiario y devastador directo. Nada que objetar.





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